El ruido vende bien en la Selección
El ruido vende bien en la Selección. Yo siempre lo recuerdo así. A cañonazos contra Arconada por su error en la final del 84 después de hacer una Eurocopa memorable; la era Clemente con facciones irreconciliables hasta el naufragio final en Chipre. La gorra de Iñaki Sáez, el Raúl sí o Rául no con Luis Aragonés casi sufriendo escraches por los campos de España; el innegociable doble pivote Busquets-Xabi con Del Bosque, que tan nervioso ponía a los nostálgicos del Sabio. Y en los últimos años, la guerrilla de Krasnodar después de la destitución de Lopetegui, o el Twich de Luis Enrique en Qatar. El ruido vende bien en la Selección porque, para algunos, la Selección sólo es lo que pasa en los grandes torneos. Lo que está en medio sólo se lee en clave de clubes. Algo así como un virus rojo.
Noticias relacionadas
Y como nada hace más ruido ahora que Lamine, a De la Fuente le ha tocado la china en las últimas semanas. La gestión fue muy mejorable. El seleccionador pudo quitarle minutos el día de Turquía. Y el Barça, desactivar la última bomba adelantando el parte médico del jugador al día posterior al partido contra el PSG. Como, muy posiblemente, podía haber hecho esta vez con Olmo. También podría mirarse a los jugadores, que se resisten en ocasiones a escuchar a su cuerpo. Elegir un bando y un villano, sin embargo, es más fácil para el fast-food mediático. El ruido vende bien en la Selección.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí