El Rayo y Vallecas, siempre un motivo para presumir
Vallecas es diferente. Pasan los años, pero no pierde la esencia del fútbol de toda la vida. De aquellos partidos matinales con bocata para el descanso, con ese vecino de asiento al que conoces por su nombre y es casi de la familia, con más cánticos y ánimos que pitos o reproches... Es ese reducto de fútbol de barrio, que volvió a puntuar contra un todopoderoso Barça. El Rayo tiene tomada la medida a los azulgrana. El mejor Unai López de los últimos tiempos se sacó de la chistera un golazo para adelantar a la Franja. Y ese espectáculo del verde, con momentos para disfrute y sufrimiento (especialmente con el 1-1 de Lejeune, en propia puerta, en el 81′), se contagió de la grada y viceversa.
Porque Vallecas es diferente en muchos aspectos. “No más asesinadas. No a la violencia machista”, se pudo leer en el Fondo el Día contra la Violencia de Género. Eso es un simple resumen de lo que es el Rayo. Compromiso, más allá del fútbol. Orgullo de barrio. Ese que se reencuentra en los bares aledaños y en los asientos del viejo estadio. Ese espacio donde puedes cruzarte con leyendas como Felines y Potele, con Mario Suárez comentando para DAZN, con el utillero más mítico como Isi, con la madre y la hermana del fallecido director de cantera, Juan Pedro Navarro... Con la otra familia. La de los sábados de bocata y fútbol. La del abrazo y la ‘Vida Pirata’. La del Rayo. Un motivo para presumir siempre.
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