El Rayo dio una lección de resistencia

Resistencia. Lo canta Ska-P, lo practica Vallecas en su día a día y lo promulgó el Rayo de Francisco, achicando las arremetidas de Bellingham, Joselu y cía. El correctivo del Atlético (0-7) dolió tanto como enseñó y el plan del Bernabéu pasaba por sobrevivir. Por hacerse fuerte atrás para tratar de salir adelante. Espino cumplió con creces, Mumin y Lejeune fueron un seguro de vida y Dimitrievski, un muro inquebrantable. Igual que la confianza del debutante Ratiu, que sacó matrícula en su estreno en Primera y con la Franja y eso que tuvo la difícil misión de frenar a Vinicius. Todos y cada uno de ellos mantuvieron con pulso y esperanza a los vallecanos hasta el final.

Aquello del Rayito pasó a la historia. Hace tiempo ya que los franjirrojos se sacudieron el diminutivo y dejaron de ser ese equipo simpático, que simplemente iba a poner la otra mejilla ante los grandes, para presentar batalla. Para hacerse respetar. Para soñar, por qué no, con algo más que la mera permanencia. Terminar 0-0 es otra pequeña revolución, cuyo motor siguen siendo ellos, los de siempre, los aficionados. Los alrededor de 400 valientes que desafiaron al frío, al horario y a los 50€ de las entradas para arropar a los suyos. Este lunes tocará madrugar, trabajar... Resistir, al fin y al cabo, pero siempre se lleva mejor con un punto de ilusión, de alegría... Con un punto más en el casillero. Algo que el Rayo no conseguía en Chamartín desde el 2000, con idéntico resultado. El Santa Inés sigue a flote y deja a su Míchel I de Vallecas líder.

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