OPINIÓN

El orgullo decide los Clásicos

Higgins, que decidió el último cuarto, empezó su racha final con un triple después de… un rebote en ataque. Jasikevicius iba a cambiarle en ese momento.

Sonia Canada
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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El Real Madrid de Pablo Laso encadenaba la pasada campaña cinco partidos perdidos ante el Barça de Saras Jasikevicius, dos en la ACB, dos en la Euroliga y uno en la Copa del Rey, pero al término del curso ganó los choques verdaderamente importantes, los que deciden títulos en primavera, en la Liga y en la Final Four. La historia no tiene por qué repetirse, o quizá sí, pero el dato sirve para recordar que las temporadas de baloncesto son largas, con numerosos altibajos y contradictorias rachas. En la presente sesión, de momento, se reedita el guion. El Madrid ha ganado la Supercopa, pero el Barcelona le ha golpeado en los dos siguientes duelos. Un 2-1 azulgrana que tampoco resuelve nada, más allá del orgullo. Ambos equipos empatan en la clasificación de la Liga ACB: 11 victorias y 3 derrotas. Y en la Euroliga andan separados por un triunfo, a favor del Barça. Todo está en al aire. Ese orgullo es el que decide los Clásicos. Seguramente fue la clave para la remontada madridista de la pasada temporada. Y también lo que empujó a los de Saras a tomar el lunes el Palacio en el primer lance de 2023.

Las “ganas” y la “motivación” son factores que se suceden en boca de los protagonistas. Si ese intangible lo trasladamos a las estadísticas, encontramos explicaciones. Chus Mateo abroncó a su plantilla en un tiempo muerto porque el Barça ganaba el rebote ofensivo, con un total de 16, y con la implicación especial de Da Silva (4) y Vesely (3). Los culés también lideraron los balones recuperados: ocho. Es verdad que a esas “ganas” y “motivación” añadieron a sus dos jugones, Higgins y Laprovittola, pero el propio alero estadounidense, que decidió el último cuarto, empezó su racha final con un triple después de… un rebote en ataque. Jasikevicius iba a cambiarle en ese momento, pero le dejó en cancha. A este nivel, esos detalles resuelven los partidos. Cuestión de orgullo.

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