El Madrid luce el mono de trabajo
A diferencia de otras ocasiones, instaladas en la memoria colectiva más allá del resultado final, el Madrid no se tomó a la ligera su estreno en la Copa y lo gestionó con la máxima seriedad. No hubo partido, como cabía esperar por la distancia sideral que separa a ambos equipos, pero sí mensajes. Si este Madrid se aplica sin la pelota y es capaz de recuperar en posiciones avanzadas como hizo ante la Deportiva Minera, estará mucho más cerca de reeditar éxitos esta temporada. La activación tras pérdida implicó a todas las piezas, también los reinicios de las jugadas, para descomponer la salida desde atrás que procuraba realizar el equipo de Popy. Fue un acto de osadía que con otro Madrid flemático y huidizo en el esfuerzo quizá le hubiera servido, pero esta vez los de Ancelotti se manejaron con nervio y disciplina para cerrar todas las líneas de pase y achicar los espacios. Con esa presión honrosa, el equipo blanco se valió para definir el compromiso desde el principio. Los dos primeros goles llegaron de esta manera, además de sendas oportunidades de Güler y Endrick. De la misma forma que se ganó la remontada de la fe de Mestalla.
Por si alguien lo dudaba, Ancelotti se dejó casi todo en el banquillo, aunque no tuvo a bien dar descanso de primeras a Valverde. El uruguayo le correspondió con el primer gol y una actuación propia de su extraordinaria magnitud futbolística, pero resulta difícil de entender que no entrara en las rotaciones cuando, sin ir más lejos, fue el jugador que más minutos disputó en 2024. No hay un jugador como él y correr el más mínimo riesgo carece de sentido. Ceballos le suplió tras el descanso y acabaron jugando también Vinicius y Mbappé en un gesto caballeroso con Cartagena y el fútbol modesto. Guiños así también escriben la historia del Madrid. Del resto de los titulares, ni para lo bueno ni para lo malo se puede extraer amplias conclusiones. Loren y Aguado no estuvieron exigidos, Camavinga se soltó en ataque ante la poca algarabía de la Deportiva Minera, Modric y Brahim protagonizaron como siempre detalles excelsos y Güler justificó su presencia con doblete incluido. En cambio, Endrick dejó más frío al personal, pero no sería justo cargar las tintas sobre un jugador que ha desaparecido de los planes de Ancelotti en un escenario de esta altura. Además, Fran Martínez puso mucho de su parte para negarle el gol con con un desempeño general que recordará toda la vida y quién sabe si puede disparar su carrera. En cualquier caso, lo mejor del Madrid fue su hidalga talla como colectivo. Con ganas, sin gandulear, zanjó rápidamente cualquier posible atisbo de sobresalto y reiteró que si se esmera sin la pelota todo le será más fácil.
Fran García, con intensidad
El lateral izquierdo presiona la salida en el córner rival, fuerza el error y logra sacar un centro notable para el remate de Camavinga en el 0-2. No se fue de la jugada nunca y promovió una acción de gol por su activación sin la pelota.