El Inter hoy sabrá cuánto de grande es

Ser subcampeón de Europa en el fútbol moderno supone tener un proyecto deportivo muy rico y sólido, una identidad táctica clara y una plantilla de máximo nivel. En definitiva: ser un club top. El Inter lleva meses ejerciendo como tal. Tras la hazaña del curso pasado, Inzaghi ha comenzado a tener lo que sus (ya muy pocos) críticos le pedían: continuidad liguera. Los nerazzurri llegan al encuentro con el Atleti tras ocho victorias consecutivas. Además levantaron la Supercopa, mataron la lucha por el scudetto y no caen en la Serie A desde septiembre. Marotta perdió a varios pesos pesados (Onana, Brozovic, Skriniar, Dzeko, Lukaku...), cerró el mercado con un activo de 60 millones y logró reforzarse. Pudo hacerlo porque sabe elegir y porque tiene a un gran entrenador, que le ha dado a su equipo solidez, juego y jerarquía.

Esta noche, sin embargo, viene lo difícil. El Inter se cruza con el Atlético porque, en la fase de grupos, tiró su liderato subestimando al Benfica y a la Real Sociedad. Un subcampeón de Europa tenía que ganar esa liguilla y no hacerlo le pasó factura enfrentándole con un rival peligroso, pero del que no puede tener miedo. Por mucho que a Simeone esto le encante, el cuadro nerazzurro no debe esconderse: con el Atleti es favorito y en casa no puede fallar. Eliminando a los colchoneros, dejaría muy claro para toda Europa que lo del año pasado no fue casualidad.