El ímpetu no basta en la resistencia

El Betis puso su corazón por delante de su fútbol. Y no siempre basta para resistir. Quizás no tenga el nivel de juego de hace unos meses, ni la confianza en el atrevimiento de la pasada campaña. Pero el equipo de Pellegrini debió mostrar más armas cuando semanas antes había demostrado que podía tirar de valentía para dañar al conjunto azulgrana. Siempre intenso. Siempre voluntarioso. Pero resultó demasiado difícil encontrar cierto grado de eficacia cuando Borja Iglesias estaba tan lejos de todos. A Canales le faltó aire, a Fekir ritmo y a Luiz Henrique le sobró precipitación. Entre ellos estaban las cartas victoriosas de Pellegrini. Pero ninguna de ellas amenazó de forma definitiva a Ter Stegen.

El equipo verdiblanco aguantó hasta que su ímpetu descansó. En esa acción en la que De Jong fue el más listo de la clase. Es meritorio el carácter competitivo de este Betis y queda reflejado en varias posiciones que resultan producto de la improvisación. Ruibal tiró de recursos inventados para sostener ese carril diestro tan amenazado mientras el recién aterrizado Abner aún busca sus pinceladas de valentía. Y antes ya había sostenido la historia Rui Silva. Peleó contra lo imposible un equipo que sueña con la Champions pese a saber que camina por un fino hilo. Ante el Barça no le sostuvo su pasión. Pero Pellegrini ya busca recetas para recuperar el fútbol perdido.

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