El gran desafío del Gallo
La vigente campeona, Francia, cerró hoy con una predecible victoria ante Italia la primera jornada del Seis Naciones 2023, que muestra una imagen peculiar respecto a otras ediciones anteriores. Básicamente, porque estamos en año de Mundial, en concreto a siete meses de su inauguración en Saint Denis. Eso condiciona, y mucho, el clásico torneo europeo del rugby, que de entrada ha arrancado enrarecido por el desembarco de dos entrenadores nuevos, hace tan solo dos meses, al frente de Inglaterra y Gales, que siguen sin engranar las piezas si nos atenemos a sus derrotas iniciales ante Escocia e Irlanda, respectivamente. El Seis Naciones se intuye este curso más como un laboratorio de pruebas, como una competición que en el fondo también es preparación, dirigida a ese examen final de septiembre y octubre, cuando el oval vuele en la Copa del Mundo.
En contraste con esas crisis de la Rosa y del Puerro, la Francia de Fabien Galthié anda en una deliciosa racha de juego y resultados, camino a un Campeonato en el que ejercerá de anfitriona, con el sueño, y también la presión, de buscar su primera Copa Webb Ellis. Es su gran desafío. Los franceses conquistaron el Seis Naciones 2022 con pleno de triunfos, el llamado Grand Slam, y luego siguieron descorchando el Champagne en los test posteriores, que también acabaron invictos, con victorias de mérito ante Sudáfrica y Australia. Únicamente Irlanda, que mantiene un equipazo, parece en disposición de pegar un susto al Gallo durante esta andadura. Al menos, en Europa. Otra cosa será cuando entre en acción el Hemisferio Sur. A nadie le amarga un dulce, así que el título del Torneo Seis Naciones se paladeará gustoso, pero las notas de verdad de esta temporada 2023 se sacarán a finales de octubre, allá por otoño. Con la Marsellesa de fondo.