El enfado de Bautista
A rebufo de los últimos test oficiales de MotoGP, en los que Ducati mantuvo su supremacía, Aprilia se postuló como alternativa y Marc Márquez mostró sus avances con la nueva montura, esta semana arranca en Australia otro importante Mundial de motociclismo, el de Superbike, donde un español defiende el título que ha conquistado en los dos últimos años: Álvaro Bautista. No anda el talaverano en sus mejores días. Por un lado, por una lesión que le afecta al cuello y la espalda que ha mermado su preparación. Un contratiempo habitual en un deportista. Y, por otro, por el enfado que le provoca el nuevo reglamento del WorldSBK, que le penaliza solamente a él entre los grandes favoritos. Un contratiempo, en este caso, menos natural. El Mundial de SBK se ha inventado una norma anti-Bautista para frenar su autoritario dominio de las dos últimas ediciones. Tal cual.
Sus rivales llevaban tiempo quejándose de que la liviandad del español le genera una ventaja en competición, un mensaje que finalmente ha calado en la organización, que ha decidido lastrar su moto con siete kilos. Se da la circunstancia, curiosa, que la medida solo afecta a Álvaro, lo que le empuja a pensar que solo se ha mirado por la igualdad del Campeonato, sin reparar en el perjuicio para su campeón. ¿Y qué culpa tiene él de ser más ligero que el resto? En ese sentido, también debe estar físicamente más preparado para controlar una moto más pesada. Bautista se ve obligado a habituarse a las nuevas características de su Panigale, lo que supone un retroceso al trabajo hecho durante los últimos dos años. Incluso advierte que existe un factor de peligrosidad. Philip Island abrirá el Mundial con pocas opciones iniciales para el bicampeón. Otra cosa es que, con su enorme talento, progrese de menos a más… para volver a ser el mejor. Que lo es.