Opinión

El divorcio de la pareja número 1

Las rupturas deportivas se pueden adivinar cuando los resultados no acompañan, pero la dupla Alcaraz-Ferrero acababa de cerrar la temporada con el número uno mundial y una nutrida recolecta de diez títulos...

TERESA SUAREZ
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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El miércoles 17 de diciembre era una día destinado para dos eventos clásicos de estas fechas, para dos reuniones imprescindibles del deporte español: la presentación de la Vuelta a España y la celebración de la Gala del COE. También para una intensa jornada copera de fútbol. Nada hacía presagiar que los titulares fueran a tomar una dirección diferente, cuando de repente saltó una noticia inesperada: la ruptura de Carlos Alcaraz con su entrenador, Juan Carlos Ferrero, después de siete años de relación.

Los divorcios deportivos se pueden adivinar cuando los resultados no acompañan, pero la dupla Alcaraz-Ferrero acababa de cerrar la temporada con el número uno mundial y una nutrida recolecta de diez títulos, entre ellos dos Grand Slams: Roland Garros y US Open. Es verdad que las derrotas en las finales de Wimbledon y ATP Finals habían dejado un sabor amargo, pero tampoco es un deshonor ceder alguna corona ante Jannik Sinner, y mucho menos cuando el cara a cara sigue siendo favorable al español. Obviamente, la separación ha venido provocada por algo más. Se habla principalmente de discrepancias en el contrato. También de las diferencias de ambos respecto a ciertas relajaciones de Carlitos durante el curso.

El hecho, además, de que Juanki haya sido un número uno del tenis, uno de los héroes de la primera Copa Davis, otorga mayor impacto a la noticia que si se tratara de un técnico convencional. Ferrero, por si solo, ya es un icono de su deporte. Las rupturas en el tenis es algo común. En ese sentido, no hay que echarse las manos a la cabeza. Alcaraz va a seguir siendo un grande con Samuel López o con quien venga. Y Ferrero encontrará otra perla o seguirá puliendo valores en su Academia. Pero el deporte se queda sin una pareja de éxito. Cien por cien producto español. Y por el camino se pierde su magia.

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