Santiago Segurola

El desconcierto que no cesa

La derrota contra el City mantiene al Madrid en la niebla. El equipo jugó con entereza, pero nervioso. La hinchada no sabe qué pensar.

JAVIER GANDUL
Actualizado a

La derrota contra el City mantiene al Madrid en la niebla. Partido raro entre dos equipos que se enfrentan ahora mismo a desafíos diferentes. El equipo inglés comienza una nueva etapa generacional, después de un ciclo deslumbrante. Se notaron los desajustes en el Bernabéu, pero el City ha progresado con respecto al pasado año. El Madrid jugó con entereza, pero nervioso. Su hinchada no sabe qué pensar: le silba y le aplaude en medio del desconcierto que se ha apoderado del club en el último mes.

Han transcurrido siete semanas desde la victoria sobre el Barça y cinco desde la derrota con el Liverpool en Anfield, donde el Real Madrid se presentó con 13 victorias en 14 partidos: 93% de éxito. Era un balance tan rotundo que permitía pensar en un aterrizaje tranquilo de Alonso. En cuanto al juego, el Madrid no era un equipo sideral, pero su regularidad era indiscutible.

La crisis habitaba en otros barrios. Barça y Atlético ejercían de perseguidores, más lejos del Madrid de lo que podía pensarse. En Europa, los equipos pasaban dificultades. El Barça todavía las atraviesa. Tiene que ganar los dos partidos que le restan para entrar en los octavos por la vía directa.

La regularidad en los resultados del Madrid no se correspondía con un ambiente estable. Al contrario, se escuchaban constantes referencias a la derrota con el Atlético dos meses antes. La victoria contra el Barça, que se había impuesto en los cuatro partidos de la anterior temporada, produjo un efecto sorprendente, el anticlímax.

El valor del éxito pasó a segundo plano por el estallido de Vinicius en el momento de su sustitución. El jugador no tuvo interés alguno por enmendar la situación y la empeoró tres días después con la exclusión del entrenador en su pliego de disculpas.

Mientras Flick y Simeone se sentían tan seguros en su posición que parecían líderes del campeonato, el caso Vinicius activó un tsunami que no ha parado y será difícil de detener. Al igual que en las referencias a la derrota con el Atlético, desde el Mundial de Clubes se habían detectado señales inconvenientes para Alonso.

La primera remitía a las declaraciones que Alonso, recién llegado al club, había efectuado en el partido con el Al Hilal. No le dio una trascendencia deportiva ni por asomo comparable a la importancia estratégica que le concedía Florentino Pérez, que no tardó un minuto en recordárselo. Desde entonces, ni del presidente, ni de su entorno, ha salido una palabra amable con el entrenador, a pesar de la temprana saga de victorias.

Aquel Mundial y las primeras semanas de la temporada se enfocaron mayoritariamente alrededor de la relación Alonso-Vinicius. Le sentó en el primer partido, en Oviedo, y allí se estableció una morbosa dialéctica. Alonso tenía los números; Vinicius, la condición de gran figura, adherida además al apoyo de Florentino Pérez. Basta recordar el abortado viaje a París un año antes.

En el equipo, el más inesperado de todos, Valverde, ya había protestado públicamente por tener que jugar de lateral en una fase de constantes lesiones en la plantilla. El runrún alcanzó a Bellingham después de su mala actuación en el Metropolitano. Equipo de figuras, suele decirse del Madrid, de estrellas superlativas que se saben a salvo cuando cuestionan a los entrenadores, excepto Mourinho, que desbarraba con frecuencia contra sus jugadores –Casillas, Benzema…– sin el menor reproche del presidente.

Noticias relacionadas

El caso Vinicius reventó la victoria sobre el Barça. Ganó el brasileño, perdió Alonso. Se derivó hacia el técnico la derrota en Anfield y los medios de comunicación dirigieron una exclusiva atención a Xabi Alonso, en medio del animado hush hush procedente del club, que en términos prácticos se ha situado más cerca del mundo Vinicius que del entrenador, cuya sensación de soledad ha sido palpable en las últimas semanas, caracterizadas por los malos resultados, una rumorología atroz y el tic tac que no cesa.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí

Etiquetado en:

Te recomendamos en Opinión

Lo más visto

Más noticias