El ciclismo es un deporte indefenso
El deporte tuvo tanta prisa en excluir a Rusia de todo como indulgencia con la masacre de Gaza.
Crispación. Una sucesión de tormentas encadenadas se llevó por delante gran parte de La Vuelta hasta acabar arrasando su final. La primera, la política, abanico capaz de abatir a cualquier pelotón. La carrera coincidió con el momento de mayor crispación en casi cincuenta años de democracia en España y en el contexto planetario más adverso desde la Segunda Guerra Mundial. Basta con repasar las portadas del día después para advertir que importó poco cuántos ciclistas estuvieron en peligro. Solo se valoró si el Gobierno fue cooperador necesario, si Ayuso se encariñó más de la cuenta con la causa israelí o si únicamente se salió de madre una justa protesta.
Gaza. Desde la perspectiva deportiva, si puede tenerse esa mirada, cabe comprender al director de la carrera, Javier Guillén, al que le lleva doce meses montar esto, pactar con ayuntamientos, buscar patrocinadores, encontrar un recorrido atractivo que endulce el postre de Giro y Tour, a veces en primera persona y bicicleta en mano, y que se ve atrapado por una guerra que no es la suya. Y aquí cabe advertir que el mundo tuvo prisa en sacar a Rusia de cualquier competición deportiva en cuanto puso un pie invasor en Ucrania y no ha tenido ninguna en cuestionar si Israel debió correr la misma suerte con 65.000 muertes gazatíes sobre nuestras conciencias.
Boicoteable. No hay deporte más indefenso que el ciclismo ante una algarada, porque nadie puede blindar cientos de kilómetros de ruta, algo que sí puede hacerse en un estadio o un pabellón. Es, por tanto, fácilmente boicoteable. Y no había organismo con menos capacidad de maniobra que la organización, obligada por la UCI a admitir al equipo israelí. ¿Podrían negarse Madrid o Barça a jugar frente al Maccabi sin el permiso de la UEFA? No sin perder los puntos. Europa fue generosa al admitir a Israel y sus equipos consciente de su imposibilidad de competir con países árabes. Ahora no debe mirar para otro lado ni dejar a cada club u organización a la intemperie.
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