El Barça no aceptó la dimisión del Madrid
Dos tropiezos. El Barça no le aceptó al Madrid la dimisión de LaLiga que le había presentado a eso de las 18:15 horas después de estamparse contra el Valencia. En Barcelona se puso a enfriar el champán, y los más atrevidos de las redacciones ya hablaban de alirón, o incluso de pasillo, en la jornada 35 del campeonato, el Clásico en Montjuïc. Al Barça, sin embargo, se le atragantó el Betis, que aguantó firme el 1-0 de Gavi, igualó con un gol de Natan que volvió a sacar en la foto a Araújo; y luego resistió con buenos campos de Pellegrini. Hasta se asomó a Szczesny en los últimos minutos, con la clase del joven Jesús Rodríguez, la experiencia de William y la velocidad de Bakambu. Flick, que lleva muchos años en el fútbol, le pegó una voz a Araújo y le hizo volverse atrás cuando el uruguayo se iba en el descuento a ponerse de delantero centro, como si todo estuviese perdido. “Un partido menos, un punto más”, fue lo primero que le dijo el alemán a sus jugadores. La frustración se apoderó del Barça en los minutos posteriores al partido, pero con el tiempo verá la jornada con otros ojos. El empate, además, enfriará algo el diabólico entorno del Barça, que desde la victoria en el Metropolitano está desatado hablando de triplete. Es posible que hasta eso le esté saliendo bien a Flick, que podrá contener la euforia dentro del vestuario.
Depósito. Madrid y Barça van a tener un tramo final de temporada infernal. Aún les quedan cinco partidos por jugar antes de verse en la final de Copa del 26 de abril en La Cartuja, con eliminatorias durísimas de Champions contra Arsenal y Dortmund, respectivamente, equipos jóvenes y llenos de energía. El final de temporada lo van a decidir los tanques de gasolina. Sin contar sus selecciones, Valverde y Koundé llevan 47 partidos; Pedri y Mbappé, 46. Raphinha suma 45; Lewandowski y Rüdiger, 44. Lamine y Vinicius están en 42 y Bellingham, en 41. Todavía podrían tener catorce más por delante. El Madrid llevaba tiempo a punto de engancharse los dedos con la puerta, y el Valencia estuvo a punto de darle el golpe de gracia. Paradójicamente, el resultado llenó de ansiedad al Barça, que quiso ganar el partido antes de tiempo y tampoco es un robot. Raphinha no ha jugado dos partidos y medio de los últimos cuatro, Pedri pedía a voces el respiro que tuvo Iñigo; y Lamine vio menos luces que otros días. La buena noticia para el Barça fue Gavi, al que se le vio con la energía de sus mejores días. Su gol, sin embargo, no valió para abrochar la Liga. El Barça no le compró la dimisión al Madrid.
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