Echamos de menos el ‘Hey Jude’
Es desconcertante analizar lo que ha ocurrido con mi admirado Jude Bellingham en solo un año. En el verano de 2023 aterrizó en la capital con su elegancia genética y mostrando un amor por el Real Madrid que nos enganchó a todos. Un chaval educado, comprometido y capaz de sostener al equipo de Ancelotti en lo más alto durante seis meses inolvidables. El Genio de Stourbridge nos enganchó emocionalmente de tal manera que pasó a convertirse en el gran héroe del Bernabéu a la altura de Vinicius, Modric o Kroos. La grada se aprendió de memoria el Hey Jude de los Beatles y el ritual de las celebraciones de sus goles haciendo el Corcovado mirando al tendido se convirtió en una postal icónica que sigue presente en nuestras blancas retinas. De cada diez camisetas que veías del Madrid, siete eran del crack británico.
Cómo olvidar sus goles en San Mamés, en Nápoles o esas dos dianas en ambos descuentos de los dos Clásicos jugados en Montjuïc y en el Bernabéu. Un chaval que parecía tocado por los dioses del fútbol. Era un líder inesperado, que se dejaba el alma en el campo y que encima metía goles que nos daban victorias trascendentes y gloria. Mucha gloria.
Pues aunque no lleve a estas alturas ni un solo gol en lo que va de temporada, quiero decirles que le admiro y le valoro más que nunca. Jude ha sacrificado su ego por el bien del equipo. Asumió que con la llegada de Mbappé debía retrasar su posición 20 metros e incluso le vimos sacrificarse en el Clásico jugando en muchas ocasiones de lateral derecho para tapar a Balde y ayudar así a su amigo Lucas Vázquez. Bellingham es un jugador total para el Real Madrid y es un lujo tenerlo entre nosotros. Hey Jude!
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