OPINIÓN

Dos victorias entre muchas incógnitas

Albert Gea
Director adjunto. Licenciado en CC de la Información por la U. Complutense y máster en Transformación Digital y Estratégica (EOI), inició su carrera en el Diario Ya. Trabajó El Independiente y Diario 16. Llegó a AS en 1996. Ha ejercido las funciones de jefe de fútbol, redactor jefe, subdirector, director de la página web y director de Información.
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Fermín. La semana del Clásico ha dejado varias noticias en Montjuïc: que Flick es abuelo, que la butifarra es pariente cercana del codillo, que con Balde el Barça gana una banda, que Fermín está por encima de cualquiera con la excepción de Pedri, que para Szczesny jugar con los pies es hacerlo con fuego, que Lamine es igual de imparable pero menos veces por partido y que el equipo defiende peor que la pasada temporada. Noticias buenas y malas que dejan pistas para el domingo. No todas, porque para el gran día recupera el gol y el nervio de Raphinha y Ferran, pero alguna relevante: hasta que se quedó con diez el Olympiacos hizo sufrir al Barça.

Rashford. El 6-1 no lo dice todo. El Barça solo lució cuando el árbitro dejó a Olympiacos con diez injustamente y el VAR, un intruso para Mendilibar desde su nacimiento, le conminó a señalar un penalti a Rashford, el otro triunfador de la noche, más que discutible. Así derivó un 2-1 preocupante en cómoda goleada. Un buen resultado siempre es buen aperitivo para el Clásico, pero el aficionado no salió del partido más tranquilo de lo que entró. Por cierto, Flick sustituyó a Pedri en el minuto 80, con 6-1, cuando desde el 67’ ganaba su equipo por 3-1 ante un rival con uno menos, decisión tan legítima como la de De la Fuente en Turquía con Lamine.

A medio gas. Tampoco está para presumir el Madrid. La mejoría prometida es lenta, casi inapreciable en determinados momentos. Desde el derbi el equipo ha perdido nervio en la presión, algunos jugadores han ido muy a menos (Carreras, especialmente), otros no han vuelto del limbo (Vinicius y Bellingham, más allá de algunos chispazos), no siempre estará Mbappé para arreglarlo todo y convertir en superhéroe cotidiano a Courtois no tranquiliza. También está por despejar la incógnita de si Arda Güler será capaz de amarrarse al timón en los partidos de la verdad. El domingo saldremos de dudas o seguiremos viviendo en ellas.

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