Defensa Basket Club

Una canasta de Satoransky a falta de 4:27 para el fin del tercer cuarto ponía un 58-44 para el Barcelona en el Palau Blaugrana ante el Valencia Basket. Tal distancia casi daba por hecha una victoria del Barça ante su público. Pero justo en ese momento, los hombres de Mumbrú accionar la palanca de la defensa, esa que es difícil tener apretada durante los 40 minutos, pero cuando lo está, colapsa a los mejores equipos de Europa. Y eso que ante el Barça, como contra el Estrella Roja y el Alba Berlin, tuvieron que jugar sin pívots natos.

Desde esa defensa, el ‘Defensa Basket Club’ firmó un parcial de 0-16 hasta el final del tercer acto, redondeada a un 0-19, tras un triple de Kassius Robertson, que cada vez se parece más al máximo anotador de la la pasada Liga Endesa, en la primera jugada del cuarto cuarto. El Barça se levantó. Y es verdad que estuvo a un triple de Laprovittola de empatar el partido y forzar una prórroga. Pero esos cinco minutos tienen que valer para meterse ya en el cabeza que, falte quien falte, si el Valencia defiende como lo hizo en el Palau durante ese espacio de tiempo, puede batir a cualquier rival de Europa.

Mención especial para Jaime Pradilla. El ala-pívot no ha tenido los minutos que merecía durante la primera parte de la temporada, pero a base de tesón y trabajo está tirando la puerta a abajo y pasando por la izquierda a compañeros de equipo como Reuvers. Otro que destacó, y no es el primer partido que lo hace, fue Justin Anderson. Ya tarda el club en anunciar que renueva su contrato de 45 días que firmó en el día de Nochebuena. Mumbrú ha encontrado una llave para colapsar al jugón de turno del rival. Y se ha convertido en una pieza imprescindible en el engranaje defensivo taronja.

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