‘Carletto’, el escudo del Madrid
La mejor noticia con la que podría despedir el Real Madrid el año 2023 es anunciando la renovación de Carlo Ancelotti hasta 2026. El italiano ha roto todas las barreras tradicionales del club consiguiendo una alianza a mitad de curso y por un periodo de dos años a pesar de estar todos los títulos en juego. El banquillo del Madrid solía estar electrificado y condicionado al balance de final de temporada. Algo comprensible en un entrenador en periodo de meritocracia, pero jamás justificable ante un maestro en la materia que ya está consagrado en su gremio como el auténtico Doctor Honoris Causa de los entrenadores.
Ancelotti tiene el respaldo personal del presidente (Florentino Pérez está encantado con el de Reggiolo desde que empezó su segunda etapa en el club), del vestuario (no olviden que hasta suplentes habituales como Brahim o Ceballos se abrazan a él en cuanto tienen la menor oportunidad para reconocerle su empatía con ellos) y de la afición (el Bernabéu le adora y se lo demostrará el miércoles antes del Madrid-Mallorca).
Carlo y su familia están enamorados del Madrid y de Madrid, como ya le sucediese en su momento a Figo, Zidane o Ronaldo Nazario. En la capital tienen todo a nivel personal y profesional. Él escuchó con educación en su día la llamada de Brasil, pero siempre tuvo claro que su primer amor residía en el Paseo de la Castellana. Es lógico que en la Canarinha se tiren de los pelos, pero deben entender que Ancelotti ya es una leyenda del club blanco y que la mejor manera de poner el broche de oro a una carrera intachable es seguir levantando títulos en la pasarela del Bernabéu. Grazie, Carlo.
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