Campo de Fútbol Municipal de Benetússer
No sé ni por dónde empezar. Podría escribir sobre la Liga, la Copa del Rey, el Balón de Oro pero lo que me sale es hablar de lo que representa el fútbol en nuestras vidas. Para mí el fútbol es algo que ocupa el 70% de mi día de lunes a domingo, entre jugarlo y hablar de él. Me aporta mucha felicidad. Pero cuando pasan cosas como esta y tan cerca de ti, te das cuenta de que el fútbol no importa nada. Son cientos de fallecidos, pérdidas de casas, trabajos, desesperación, angustia y lo peor, familias buscando todavía a sus seres queridos.
He pasado largas temporadas en África, he vivido conflictos bélicos pero lo que he visto estos días en La Torre, Alfafar, Benetússer y Massanassa está muy por encima de eso. Llegar a Benetússer y pisar sus calles inundadas de fango fue como estar en Uganda: hundirte, no saber dónde estás metiendo el pie, el luchar por no caerte, el olor, el ver que por mucho barro que quites siempre aparece más… Mirar a los ojos de sus vecinos me llevó a recordar las caras de la guerra, una tristeza y una desesperación imposibles de consolar. Todos ellos, pueblos preciosos que en su momento me acogieron como una más de sus vecinas. Gracias Eva.
Al volver, con dolor en los brazos, calambres en los pies, tristes y en estado de shock, nos encontramos con lo que queda del Campo de Fútbol Municipal de Benetússer y de su complejo deportivo. Se me cayó el alma a los pies. En 2022, Eva y su equipo con muchísima ilusión cambiaron el césped, instalaron una nueva caldera biocombustible de pellets en los vestuarios e invirtieron en una iluminación sostenible para las cuatro nuevas pistas de pádel, las de fútbol sala, baloncesto, balonmano, el área de calistenia y el campo de fútbol. Recuerdo, sus palabras: “La vida deportiva de Benetússer es fundamental para nosotros. Es un referente de ocio saludable para todo el pueblo”. De estos 7800 m2, solo quedan las gradas de piedra del campo de fútbol y un carrito de bebé de alguien que tuvo que salir corriendo. Ahora el campo es un vertedero de todo, con tiras de césped artificial levantadas y entrelazadas unas con otras.
Es una de las mayores catástrofes a nivel europeo. Se sobrepasan los 200 fallecidos, decenas de desaparecidos y miles de vidas rotas. Lo vimos en los ojos del entrenador de Osasuna, Vicente Moreno, de Massanassa, y en el sentir de Raúl Albiol, con familiares en Sedaví. Con este panorama, LaLiga se reunió y sopesaron si suspender la jornada total o parcialmente. Al final se optó por lo segundo. Me cuesta entenderlo. Como dijo el jugador del Levante, Vicente Iborra: “Cuando llegan momentos así y podemos dar una lección de humanidad, no la damos”.
Con todo este horror nos ponemos a jugar a fútbol. Yo no sé tú, pero yo no tengo ganas de nada. Valencians: en peu alcem-se! Vixca València!
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