¡Brahim selección!

Duermen a 7. No ha sido el partido más excitante de la temporada, pero este Madrid fiable y consistente sigue facturando sin piedad a sus rivales. Liderato mantenido y tres puntos más al bote ante un Granada cuyo cambio de entrenador (‘Cacique’ Medina por Paco López) no surtió el menor efecto. El Girona del gran Míchel no afloja y comparte cabecera, pero lo importante es que Barça y Atleti duermen a siete puntos, sabiendo que entre ellos se quitarán puntos en Montjuïc. La X de Twitter sería lo ideal, porque ambos quedarían a seis. Pero como el Atleti tiene pendiente el partido aplazado del Sevilla (se jugará la víspera de Nochebuena) y tiene a Griezmann en estado de gracia, les aseguro que si tengo que elegir un ganador casi prefiero a los azulgrana por primera vez en mi vida. Para mí este Barça errático y sin dibujo de juego claro no es rival para el equipo de Ancelotti, un acorazado que no encaja goles y que navega sin sobresaltos en su ruta hacia la Liga 36.

Brahim, MVP. En el día en el que el sorteo de la Eurocopa nos dejó con el molde al saber que la Croacia de Modric (el último ‘last dance’ de Luka con los ajedrezados puede dejar huella) y la nueva Italia (vigente campeona) se nos cruzan en nuestros primeros pasos en la gran cita de Alemania. Pues Brahim Díaz presentó ante el Granada su candidatura para entrar en la lista para la Eurocopa de junio en tierras germanas con otra actuación más que convincente. El malagueño frotó la lámpara y metió un gol y fue coautor del segundo. Cada vez que coge la pelota pasan cosas, es imaginativo, protege la pelota con arte gracias a un tren inferior muy potente y lucha por la titularidad con el hambre de un juvenil. Brahim, a sus 24 años, muestra una madurez que está permitiendo disfrutar de la ausencia de Vinicius sin sobresaltos. Carletto le combina con Rodrygo (en estado de gracia) o incluso con Joselu, en un tridente que le permite al italiano recuperar su 4-3-3 tradicional. Brahim es un ‘fichaje’ de invierno que tiene encandilado al Bernabéu, que disfruta con un jugador que hace cosas distintas.

González Fuertes. En un partido de guante blanco y sin patadas, resulta alucinante que el árbitro de turno, en este caso González Fuertes, se convierta en el protagonista negativo por su empeño en tener un duelo personal con Bellingham, que acabó desesperado con el asturiano. Al inglés le hicieron dos penaltis que no quiso ni plantearse Fuertes y le sacó una amarilla por una protesta de las que se ven veinte en cada partido. No debe caerle bien, pero el ‘referee’ debe saber que las estrellas como Jude alumbran una Liga que lucha por huir de la decadencia de talento ante el poderío de la Premier. González Fuertes no es árbitro para estar en la élite. No da el nivel.

Tiempos felices. Los 70.000 madridistas que había en la grada se fueron felices a casa, muchos de ellos peñistas llegados desde todos los rincones de la piel de toro. Quiero detenerme en la peña ‘Amigos del Real Madrid’ de Loja (Granada), vikingos de bandera que se merecen todo lo bueno que les pase. Dani, os debo una. Y no me olvido de gente como Juan Pedro Ambrona (socio 3.224), que vio a su Madrid en el pasillo del claustro del monasterio de San Pedro de Montes, en la Tebaida Berciana, la zona más recóndita de la montaña leonesa donde los eremitas y ascetas se retiraban en busca de la paz espiritual. Solo había cobertura en ese pasillo y ahí disfrutó con su Madrid. Este club es único.

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