Benítez vino para noches como esta
En sus primeros meses en Vigo, Rafa Benítez ha acumulado muchas más críticas que halagos. La falta de resultados, el juego cada vez más defensivo, la mala lectura de los partidos con los cambios o la escasa apuesta por la cantera fueron algunos de los dardos. Las dudas llegaron hasta los últimos despachos del club, donde se toman las grandes decisiones. Pero lo cierto es que todos aguantaron el tipo, siguieron apostando por la continuidad en el banquillo y se decantaron por otros caminos, como la salida de Luís Campos. Y después de la noche mágica de Mestalla, ahora cree hasta el más ateo. El Celta está en cuartos de la Copa, dispuesto a soñar.
En cuanto el club dio a conocer el once, las redes se inundaron de críticas a Benítez por afrontar la eliminatoria con una alineación plagada de suplentes. Seguro que muchos tuvieron que borrar sus publicaciones tras lo sucedido, porque Rafa dio anoche una clase maestra a su discípulo Baraja. El plan estaba diáfano para todos los jugadores, que lo ejecutaron a la perfección. Aguantaron el chaparrón inicial para adelantarse en la primera pifia local y doblar la ventaja en una diablura de Miguel, imparable ayer. El canterano demostró que está para quedarse. También se reivindicaron De la Torre y Douvikas, el pichichi de la Copa, con sus sublimes actuaciones. El tercer gol es para enmarcar. Y para soñar. Ya sólo quedan dos pasos más. Yo era ateo, pero ahora creo.
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