Barça-PSG: la final que no fue
Todo empezó un 8 de marzo de 2017, con la mayor remontada que hayan visto los siglos, levantar un 4-0...
En poco tiempo los Barça-PSG se han convertido en clásicos europeos con cuentas pendientes, a pesar de que el club parisino no cuente con la edad suficiente para competir en rancio abolengo con entidades que como en el caso del club azulgrana hunden sus raíces en el Siglo XIX. Todo empezó un 8 de marzo de 2017, con la mayor remontada que hayan visto los siglos, levantar un 4-0 cuando aún existía el valor doble de los goles fuera de casa. El tanto de Cavani parecía sentenciar el choque, porque el Barça necesitaría hacer otros tres goles en apenas siete minutos. Cuando Sergi Roberto perforó la meta rival casi sobre el pitido final para hacer el 6-1, la marabunta del Camp Nou saltó al unísono hasta provocar un pequeño movimiento telúrico registrado por los sismógrafos de la Ciudad Condal.
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La siguiente vez parecía más fácil. Victoria en París por la mínima e inicio de partido en casa con un tempranero gol local. Sin embargo, la inocente expulsión de Ronald Araújo hizo que en este caso la remontada fuese francesa. Todo parecía pues dispuesto para resolver por fin esas cuitas pendientes en la final del año pasado de la Champions League, pero el Barça descarriló en Milán de forma cruel en el último recodo. El partido de hoy no es decisivo, ni siquiera eliminatorio, pero al menos se asemeja a esa final nunca disputada que todos echamos de menos.
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