Así no, capitán

Un día después, ha cambiado poco la percepción del lamentable suceso de la noche del jueves. La palabra ‘bochorno’ se sigue quedando incluso corta para calificar la batalla campal que obligó a los árbitros a descalificaciones masivas y a suspender el Madrid-Partizán de la Euroliga a falta de 1:40, cuando el equipo local era deportivamente zarandeado por su rival, con 80-95 en el marcador. La frustración, la impotencia, los nervios o las pulsaciones altas, que son algunos de los argumentos utilizados por Chus Mateo, pueden explicar la impresentable gresca, pero en ningún caso justificarla. Es verdad que todos los comportamientos no fueron iguales, que no se puede equiparar la actitud conciliadora de Rudy Fernández con la conducta barriobajera de Guerschon Yabusele, pero finalmente la imagen del baloncesto, de la competición y de ambos clubes ha quedado igualmente manchada.

Con un poco de perspectiva, más allá de las esperadas sanciones, hay dos detalles que resultan inquietantes. Por un lado, que la falta antideportiva a Kevin Punter, al límite de la agresión, que provoca toda la tangana, viene de un jugador veterano, de 35 años, que para mayor ironía es también el capitán del Madrid. Todo lo que ocurrió después no hubiera acontecido si Sergio Llull hubiera templado su carácter, que es algo a lo que le obliga su peso en el vestuario blanco. Tanto el jugador, que ha pedido disculpas y ha asumido su responsabilidad, como el Real Madrid deben reflexionar profundamente y tomar las medidas pertinentes.

La segunda alarma, todavía mayor, asoma en el partido del próximo martes en el Arena de Belgrado, en una caldera que concentra a más de 20.000 efusivos hinchas. Por mucho que se quieran apaciguar los ánimos antes del duelo, con Zeljko Obradovic al frente, el playoff ha entrado en una zona de altísimo riesgo. En un mundo ideal, ante este panorama lo aconsejable es que ni siquiera se disputase el encuentro. Ahora mismo, no me imagino a ciertos nombres del Madrid jugando como si tal cosa en aquel infierno. La situación es delicada para la Euroliga.

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