Anoeta, Luis Enrique y Mbappé

El partido de Anoeta es más que un encuentro de Champions para el PSG, un equipo concebido con Qatar para saborear la gloria europea, pero al que esta competición le ha asestado muchas bofetadas, muchísimas, en los últimos años. El 2-0 de la ida debería ser suficiente, pero ni Luis Enrique ni el club se confían debido a los numerosos episodios pasados en los que desaprovechó grandes rentas de ventaja. El técnico asturiano está en el punto de mira por lo extradeportivo. Consolidado como líder de la Ligue 1, competición en la que puede hacer innumerables experimentos, vivo en todas las competiciones en marzo, su gestión de Mbappé, al que ha sustituido en los últimos dos partidos, el último al descanso en Mónaco, ha suscitado un runrún en Francia que recuerda a años anteriores en los que el Paris Saint Germain era noticia por lo que acaecía fuera del terreno de juego más que por el desempeño en el campo.

El francés, cuya salida está confirmada, justo antes del encuentro de ida en el Parque de los Príncipes, en una reunión privada con Al Khelaïfi, deberá liderar a su equipo en una noche europea en la que el PSG quiere pisar los cuartos de final por primera vez desde 2021. El máximo goleador de la historia del club ya no es intocable para su entrenador, pero pocos se atreven a barruntar que la gestión será la misma en Europa respecto a la Ligue 1. El PSG no ha ganado fuera de casa en la presente edición de la Champions League, ha perdido sus seis últimos partidos de vuelta en eliminatoria europea, por lo que darles por clasificados a cuartos es una osadía que pocos, muy pocos, se atreven a apostillar antes del partido en Anoeta.

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