Alemany, un crack con corbata

Mateu Alemany es un crack con corbata. El Atlético ha fichado a su Julián Alvarez para los despachos, un ejecutivo que hace mejores a todos los que le rodean. A los del palco y a los del césped. De guante de seda para salir de enredos y de puño de hierro para negociar. El balear conoce los entresijos del negocio del fútbol, los pasadizos para bordear el Fair Play Financiero y su agenda de contactos vale dinero. Mateu tiene ojo de director deportivo y sapiencia de director económico. Su principal don es mimetizarse con la idiosincrasia del club para el que trabaja, porque cada uno es un mundo, con sus virtudes y sus defectos, las que exprime y minimiza. Lo hizo en Mallorca, Valencia y Barcelona.

Su impacto en los clubes suele ser inmediato y el problema para ellos llega con su adiós. En Valencia bien lo saben, porque no ha habido torpeza mayor por parte de Peter Lim que echarle. Alemany está en el fútbol para ganar y su currículum es prueba de ello. Un galáctico de las plantas nobles que dijo “no” a Florentino Pérez y que tantas veces ha sonado para recalar en LaLiga junto a su avalista Javier Tebas o inclusive para tomar las riendas de la RFEF. Pero ese trabajo tan lejano del césped, en las antípodas del mercado, nunca fue su lugar. La gestión sin más no le llena. Él necesita la adrenalina de la competición, del partido a partido. Si congenia con el Cholo, el Atlético irá a más.

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