Alcaraz-Sinner, el pulso sigue a distancia

Carlos Alcaraz continúa la temporada con pie firme. Incluso, a la pata coja. No es un chiste. Carlitos tuvo un susto en la primera ronda del ATP 500 de Tokio, con una torcedura de tobillo que no le ha impedido avanzar en el torneo nipón hasta coronarse vencedor. Lo hizo tras vencer en dos rotundos sets a Taylor Fritz, un incómodo rival ante el que había perdido solo nueve días antes en la Laver Cup, ese simpático bolo que imita a la Ryder Cup, pero con una raqueta en la mano. Si dejamos de lado la Laver, el español mantiene una racha portentosa en la presente campaña, con ocho títulos en diez finales y un total de 67 victorias. Es el líder del curso en esos dos conceptos. Y en casi todos los demás. Alcaraz encabeza la Race to Turín, que mide únicamente los resultados del año, y el Ranking ATP, tras destronar a Jannik Sinner en el US Open. El murciano empezó septiembre con la suma de su sexto Grand Slam y lo ha terminado con otro título individual. Le ha cogido el gusto a ganar.

Uno de sus grandes objetivos hasta el final de la temporada es conservar la cima mundial. Y lo tiene bastante favorable, a pesar del contratiempo que le supondrá su renuncia al Masters 1.000 de Shanghái, donde cederá 200 puntos. Sinner tiene que defender 2.500 hasta el cierre de la sesión, por 500 de Alcaraz. Está de cara. El pulso, de momento, se mantiene a distancia. El año pasado, por estas fechas, el español batió al italiano en una trepidante final en el ATP 500 de Pekín. En el presente 2025 han tomado caminos distintos. Alcaraz conquistó ayer Tokio y Sinner aspira hoy a lo propio en la capital de China. Su próximo encuentro oficial será, en teoría, en el Masters 1.000 de París-Bercy. Mientras tanto, Alcaraz es el rey en 2025. O mucho más: el emperador.

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