Al Khelaïfi ‘pasa’ del PSG
Sinceridad. El documental de Movistar sobre Luis Enrique confirma que este tipo no tiene dobleces, le guste a quien le guste, le moleste a quien le moleste. Por desgracia, no estamos acostumbrados a semejante exhibición de pureza en el mundo del fútbol y eso al asturiano le ha costado más perjuicios que beneficios. Al menos en España, las cosas como son. En el extranjero es otra historia. Ese carácter suyo cortante y directo se acepta mejor más allá de nuestras fronteras.
Renovado. En París, por ejemplo, necesitaban un guerrillero así después de años de libertinajes excesivos en el vestuario. Por eso ha caído tan bien en el club, ya sin galácticos ni rastro de ellos. Ganó en su primera temporada Liga, Copa y Supercopa, y se quedó a las puertas de la final de Champions. No es mal bagaje. Aun así, ha sorprendido que esta semana el PSG haya apalabrado su renovación de contrato hasta 2027. Qué tiempos aquellos en París en los que el único medidor oficial y válido para saber si un técnico continuaba era conquistar la Champions.
Segundo plano. Sin embargo, parece que la autoavaricia desmedida del PSG se reduce al tiempo que crece la de su presidente, Al Khelaïfi. Está tan centrado en sus quehaceres como máximo dirigente de los clubes europeos (ECA) que acepta delegar el conjunto parisino en Luis Enrique y que sea lo que el destino quiera. Nueva Champions, nuevo Mundial de Clubes, la amenaza de la Superliga, la posible huelga de los jugadores... Son tantos frentes abiertos que es difícil sacar tiempo para un PSG que le ha traído siempre más disgustos que alegrías.
Objetivos. Para muchos, de hecho, esta nueva estrategia de Al Khelaïfi tiene como fin acumular poder y optar a ser el próximo presidente de la UEFA o de la FIFA. Está colocándose muy bien para ello y en 2027 hay elecciones en ambos organismos. La UEFA la tiene bien atada desde su posición dominante en la ECA; la FIFA es otro menester. Se trata de la poltrona más apetitosa para líderes ambiciosos como Nasser.
Hoy descubrimos a... Igor Jesus (2001). La última gran sorpresa en Brasil. Sus buenos primeros partidos con Botafogo le condujeron de rebote a la selección y fue titular como 9 e incluso marcó ante Chile. Ha adelantado, de hecho, a Endrick. El martes arrancan las semifinales de la Libertadores y ahí estará con el Fogao ante Peñarol. ¿Seguirá con su racha?
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