Adiós al heredero de Filípides

Filípides murió de agotamiento tras dar la noticia de la victoria de la Batalla de Maratón. En su honor, esta mítica prueba tiene 42.195 metros, la distancia que separaba Maratón de Atenas en la Antigua Grecia. En Kenia, a 7.730 kilómetros de aquel lugar ha perdido la vida Kelvin Kiptum, el heredero del soldado heleno que ejerció de correo. La tragedia ha golpeado en la base de flotación al atletismo y, por ende, al deporte mundial porque el talento africano estaba llamado a romper la barrera de las dos horas en la maratón, un tiempo que ni el mito Kipchoge había logrado cumpliendo la normativa. En Chicago, el pasado octubre, Kiptum se quedó a 35 segundos de alcanzarlo, rompiendo el récord del mundo y presagiando una batalla épica en París frente a Eliud. Antes, en Róterdam (14 de abril), Kiptum tenía en la mente alcanzar la hazaña de rebajar las dos horas a base de un trabajo hercúleo con 270 km de entrenamiento semanal.

“Cuando era pequeño veía a Kipchoge entrenar y me decía, ‘un día seré como Eliud’. Él fue un ejemplo para nosotros”, decía Kelvin de su rival-ídolo. Nacido en Chepkorio, a unos cuarenta kilómetros de Eldoret, la meca del atletismo keniano, en esas carreteras que tantas veces ha recorrido corriendo ha perdido la vida en un automóvil junto a su entrenador, el ruandés Gervais Hakizimana. “Hacíamos sesiones de cuesta en el bosque cerca de su casa. Él era pequeño, pero nos seguía, descalzo, después de cuidar de las cabras y las ovejas”, contaba el preparador, orgulloso de haber descubierto semejante talento con idea de contribuir a escribir historias de oro junto a su pupilo. Lamentablemente, este héroe de 24 años y su preparador no podrán lograr más gestas, su recuerdo será eterno.

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