23 en la montaña y una en la playa
En el Mundial de Brasil, de infausto recuerdo, se popularizó un concepto del que Del Bosque siempre renegó. “31 selecciones en la playa y una en la montaña”. Se decía eso con retranca por el hecho de que España escogiera concentrarse en Paraná, el único Estado brasileño en el que hace frío. Recuerdo que, en vísperas del partido que abrió el Campeonato, la Selección se entrenó bajo la lluvia, a una temperatura de diez grados, Holanda, el rival, se había preparado en Río de Janeiro, al nivel del mar. El partido se disputó en Salvador de Bahía, también en la costa. Ese día se jugó con una temperatura de 29 grados y una humedad del 75%. España perdió 1-5.
Me acordaba de ese espanto en el Nuevo Vivero. España se prepara para jugar el día 15 contra Croacia, número 10 del ranking FIFA, en Berlín, donde ayer llovía y el termómetro daba mínimas de nueve grados. En Badajoz hizo un día espléndido, por encima de los 30 a la sombra y nos medimos con Andorra, que está 151 puestos por detrás de Modric y compañía en el ranking de la FIFA. Y pensé, que esta vez, hay 23 selecciones en la montaña y una en la playa, o al menos más cerca que las demás. Lo digo porque no es cuestión de bañarse en el mar, es cuestión de no bañarse en sudor si vas a jugar en el frío, y al revés. Dicho sea con todo el cariño para Badajoz, ciudad a la que bien se pudo traer el amistoso de marzo, contra Colombia, que se jugó... en Londres.