Canal+, pronósticos (S-13) y la distancia más corta entre dos puntos
Mariano Tovar
Bears-Seahawks 19:00 directo (Sportmanía y Canal+ Deportes 2 HD).
Ravens-steelers 22:25 directo (Canal+ Deportes y Canal+ Deportes HD).
Cowboys-Eagles 02:20 directo V.O. (Sportmanía y Canal+ Deportes 2 HD).
Cowboys-Eagles 21:00 diferido (Canal+ Deportes y Canal+ Deportes HD).
Redskins-Giants 02:30 directo (Sportmanía y Canal+ Deportes 2 HD).
También podéis encontrar la programación actualizada en www.canalplus.es/NFL.
Y ahora, al tema. Esta mañana me ha dado por ponerme a filosofar mientras daba pedaladas por la Sierra de Madrid, intentando que el viento no se me llevara volando y no quedarme congelado a media pedalada. Además tengo un ruidito en el eje del pedalier desde hace varias semanas que no consigo localizar y que me está volviendo loco, así que necesitaba abstraerme para no pasar de todo, mandar la bici a la mierda y meterme a tomar un chocolate con churros en el primer sitio que pillara.
En resumen, lo que iba considerando era que la distancia más corta entre una end zone y otra no es la línea recta. “¡Vaya tontería!”, diréis. Pues yo no lo creo así y os voy a explicar el motivo.
El caso es que reducir el football a los jugones tampoco es justo. Nos encanta filosofar sobre las virtudes y defectos de cada jugador, de cada línea, de cada equipo. Y achacamos las victorias o las derrotas a profundos y sesudos análisis tácticos, libros de jugadas y genialidades que quizá no sean para tanto. Es verdad que hay entrenadores como Belichick, Fisher, Coughlin o Jim Harbaugh que son capaces de sacar todo el jugo a sus plantillas, estén lo limitadas que estén, pero casi siempre dejamos de lado factores emotivos, de preparación física o de puro sentido común, en los que quizá sean maestros, y nos encanta imaginarlos es un cuarto oscuro, bajo la luz de un flexo, planificando jugadas imposibles y descubriendo la estocada indefendible. Tal vez nos equivoquemos.
Esto viene al caso porque en la NFL ser el mejor no garantiza nada. Si el mejor ataque y la mejor defensa no son capaces de entrar en playoff, quiere decir que los números son muy relativos y la distancia entre dos puntos, bastante difusa. ¿O es que en la fiebre de prórrogas que asola la temporada siempre ha salido victorioso el que más lo merecía?
Así que vemos encuentros en los que un equipo domina durante tres cuartos y medio con soltura, se pone en prevent para matar el partido y ve como lo que hasta ese momento era una banda resucita a base de bombazos. Porque esa es otra. Durante tres horas dos equipos controlan el reloj, practican el football control, no se salen casi nunca del guión, y cuando quedan pocos minutos llega la locura, las hojas de jugadas terminan en el suelo, los dos QBs se ponen a rifar el balón y todo queda en manos de los jugones. Y, como por arte de magia, si esa vorágine termina con tiempo extra, los dos equipos vuelven otra vez al plan inicial, a controlar el reloj, a tentarse la ropa y a intentar ganar a base de no perder. Vamos, que los entrenadores pueden gastar mucha luz y mucho flexo, pero salvo que su equipo sea capaz de romper el partido, terminarán echando mano a la estampita del bolsillo, al golpe de suerte y al talento de sus estrellas.
Otro ejemplo son los Broncos de hace tres temporadas. McDaniels como head coach y Orton como QB. Ganaron sus seis primeros partidos y se convirtieron en la revelación. Tras la jornada de descanso llegó la debacle. Perdieron ocho de los diez choques restantes. Pero su eliminación para postemporada se produjo en la jornada 16. Se enfrentaban a los Raiders y tenían el partido controlado. Tres oportunidades en la yarda uno contraria para matar el duelo y garantizar la clasificación para postemporada. Fueron incapaces. Se conformaron con un field goal. Pero la situación no era demasiado grave. El QB de los Raiders era JaMarcus Russell que, como todos sabéis, quizá haya sido el mayor fiasco del draft en todo el siglo XXI. Pues mira tú por donde, Russell consiguió en aquel partido el único drive ganador de su carrera. Después de tantos debates sobre McDaniels, Orton y los Broncos, fue el paquetón de Russell, en una serie inimaginable, el que zanjó el tema para siempre. Algo muy similar le sucedió a los Chiefs el año pasado, curiosamente también con Orton. Quedaron fuera de postemporada por un field goal sencillo fallado en un último segundo. El milagro Tebow se gestó en la distancia.
Y si no, mirad los comentarios de este mismo blog. Carmen y Manolo están encantados con sus Vikings esta temporada, porque han colmado todas sus expectativas aunque no se clasifiquen. Fannfl disfruta como un niño con sus Colts y con Manning en Denver, sin plantearse hasta dónde pueden llegar, y sufre con la inconsistencia de los Bills, casi sin mirar el resultado. Javier lleva dos semanas en resonancia ante la posibilidad de que sus Patriots puedan ser competitivos reconstruyendo una secundaria a base de descartes. Incluso Mario suspira por COOOOLIN hasta que yo empiezo a hablar bien de él y se ve obligado a llevarme la contraria porque lo importante es la defensa. El anillo es una entelequia. Los equipos son para sus seguidores como niños pequeños a los que ven crecer con ilusión. Les miman y les defienden aunque reciban a cambio una muñeca clavada en el ojo o les estalle en la cara un biberón de agua hirviendo (eso es lo último que me ha sucedido, que me he tirado varios días vendado como el hombre elefante). Es un amor de padres que solo quieren que sus hijos prosperen, saquen buenas notas y encuentren una buena pareja que les haga abuelos. Lo del anillo casi ni se plantea.
Joder, es increíble lo que puede dar de sí una mañana en bicicleta. ¡Vaya pedaleo!
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl