Bocachanclas al poder


Las reuniones siguen su curso y los rumores vuelan en todas direcciones, convirtiendo la NFL en un gallinero. Las reuniones serán secretas, pero están llenas de topos que hacen afirmaciones completamente contradictorias. Eso sí, sin revelar su nombre para que el secretismo siga vigente.

Y aquí es donde entra Tyrannosaurus Rex para decir que Darrelle Revis es el mejor jugador que han tenido nunca los Jets. Qué queréis que os diga, siempre he preferido a los que hablan a pecho descubierto, aunque sea diciendo machadas, que a esos que susurran en las esquinas, donde no se les ve, lanzando saetas en voz baja sin que se note demasiado.

Insisto en un tema que me gusta rescatar cada poco tiempo: el deporte ha sido casi siempre un enorme caladero de bocazas. Y eso no se reduce al ámbito profesional. Solo hay que asistir a los prolegómenos de un partido de solteros contra casados para ver cómo el personal se tira unos pistos descomunales que quedan desmentidos pocos minutos después, cuando el balón se pone en juego. El deporte tiene un factor de fanfarronería que siempre acompaña a la competición. La fantasía engrandece las hazañas y el tamaño de la pesca. Pero solo hay que ver las puñaladas traperas que acompañan a la competencia en otras facetas de la vida para descubrir, una vez pasado el calentón, que las machadas deportivas tienen muy poca trascendencia real, las diga quien las diga, y son, simplemente, parte del espectáculo.

En España tenemos un ejemplo muy claro en el caso de Mourinho, entrenador del Real Madrid, que cuando tiene delante un micrófono se convierte en una especie de torbellino que exalta a las masas y pone el país en pie de guerra. Pero si lo pensamos fríamente, sus comentarios hacen referencia a asuntos bastante banales y sus consecuencias también terminan siendo igual de poco importantes pocos días después. La pasión del deporte convierte una mamarrachada en asunto de estado, pero casi todos los días sale el político de turno haciendo afirmaciones mucho más absurdas, e infinitamente más trascendentes, y a nadie le importa una mierda.


En realidad, si cada vez que un político dijera una parida se montara el mismo lío que en cada rueda de prensa de Mourinho, quizá este país iría mucho mejor y nuestros representantes se cortarían un poquito más.

Con esto no estoy defendiendo a Mourinho, aunque no negaré que cada una de sus apariciones públicas se convierten en un acontecimiento en el que me parto de risa, sobre todo al descubrir cómo todo el mundo se toma en serio lo que dice un tipo que, en mi opinión, no da puntada sin hilo y consigue exactamente el efecto que busca, como Rex Ryan.

Además, con la llegada de Internet todo el mundo tiene un blog, un twitter o una cuenta en Facebook para ametrallar con disparates a quien le quiera escuchar. Es curioso como consentimos que la televisión sea una fábrica de paridas, que Internet un catálogo de chorradas y que, lo que es más triste, en los parlamentos en los que trabajan nuestros teóricos representantes abunden más las memeces, los chistes fáciles y las aseveraciones con retranca que análisis inteligentes y positivos de cómo hacer que funcione mejor la sociedad.

Lo que nunca, nunca, nunca admitiremos, es que un entrenador o un deportista formule un disparate cuando, en realidad, el ámbito deportivo es el más natural en el que deberían florecer las machadas y las fanfarronadas… sin que eso tenga consecuencias graves para nadie.


Y una vez más, desde este pequeño rincón solicito que vuelva la cordura al deporte, para que sus protagonistas puedan decir sus locuras en público, sean sobre lo que sean. Si ellos hablan más de la cuenta, nosotros nos lo pasaremos mucho mejor, tendremos más cosas que contar, y, como dijo uno en este mismo blog, haremos uso de nuestro derecho a decir que nos parecen jilipolleces, o no.

Tyrannosaurus Rex Ryan entendió todo esto hace mucho tiempo. Y por eso se ha descolgado con que Revis es el mejor jugador de siempre de los NY Jets. No ha hecho daño a nadie, ha abierto un debate, seguro que ha cabreado a Joe Namath (a propósito, otro ilustre bocazas), y nos ha dado algo sobre lo que hablar en un día más de Lockout.

Una vez más, reclamo respeto hacia los bocachanclas entre los que me encuentro. Y quien esté libre de pecado que diga la primera chorrada.

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