DAKAR | DIARIO DE UNA ROOKIE

Sonrisas y lágrimas

El Dakar despide una 45ª edición repleta de historias que llegan a su fin, envueltas por la emoción después de veinte días intensos.

Dammam (Arabia Saudí)
Carmen Ruiz

Ha sido como un cuento, pero el Dakar formaba parte de la realidad. El rally escribía su 45ª entrega con miles de historias entre sus páginas, que se acaban después de 20 días intensos que han acabado avivando todos los sentimientos. Las sonrisas parecían todavía más amplias en los rostros de Al Attiyah, Kevin Benavides y compañía. Pero las tristezas han sido más amargas en todos aquellos que el desierto ha castigado incluso en un día especial. Debería haber sido todo alegría, pero la dureza de la carrera ha estado presente hasta el final. Incluso para aquellos que no la hemos competido, pero sí vivido.

20 días que a priori podían parecer demasiados, han acabado siendo una experiencia para toda la vida en la que el tiempo se ha consumido mucho más rápido de lo que podíamos imaginar. Tanto, que nada más regresar al hotel ya echabas de menos un campamento donde más allá de sus protagonistas, a nosotros también se nos escapó alguna lágrima. Porque en una realidad tan intensa todo se siente mucho más y aunque cueste, debemos aprender a despedirnos, supuestamente, para poder crecer. Aunque esta experiencia ya te hace sentir tan grande de por sí, que los tópicos ni siquiera tienen importancia. Ha sido un placer.

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