Forbidden Siren 2 - Soji Abe 19:00

Misión 1: Escapar a la carretera que lleva a Houya.

Empieza escondiéndote detrás de una de las vagonetas para que el yamibito francotirador no te vea. Está en la plataforma elevada, así que busca su vista y espra a que se dé la vuelta para ir al siguiente vagón, y de ahí a debajo suyo. Ahora tienes que ir a la Sala de control del raíl de la cuesta, pero antes busca la vista de un yamibito que baja por las escaleras y sigue bajando hasta el sótano. Espera a que nadie te vea para correr agachado, subir por las escaleras y de ahí ir a la Sala de control. En una pared junto a la maquinaria hay un panel de control, úsalo para subir la vagoneta. Sal, y mientras evitas a los dos yamibitos, baja a tierra, ve al otro lado de la vagoneta y súbete a ella.

Tras tu llegada, tendrás que salir de ahí, pero hay otro francotirador frente a la Sala de descanso y otro yamibito dentro de ésa puerta. En la pared de la izquierda hay un disyuntor, enciéndelo para darle luz al francotirador, y hacer que salga corriendo al exterior y se mate sólo. Mientras se larga, mata al otro yamibito, y si el francotirador está muerto, corre hacia la salida.

Misión 2: Reunirse con la perra.

Para cumplir ésta Misión, debes de haber hecho:

Vuelve a seguir el primer párrafo de la Misión 1. Cuando llegues al destino con la vagoneta, tendrás que encontrar al espíritu de Shu Mikami, así que busca su vista para verle en el Almacén. Deshazte del francotirador como antes para correr al almacén, ver una escena, y allí recoger el [Silbato de perro] de un estante, para luego volver corriendo a la cuesta, ya que ésta vez el francotirador habrá aprendido la lección y, mientras se carga las luces, volverá hasta la Puerta de acero. Mata al yamibito de las escaleras si te topas con él, ve al sótano, a la Caseta del guarda, y entra allí para recoger la [Llave de la Sala de turbinas]. Ve allí (Cuidado con el cepo al final de las escaleras), entra en la Sala de turbinas y allí usa el silbato. Ahora tendrás que volver al sótano, a la zona derruida, para volver a tocar el silbato y así terminar la misión.