Koudelka
Koudelka
Gales, Gran Bretaña... En los acantilados de Aberystwyth, como emergiendo del mar, se asienta el abandonado monasterio de Nemeton. Estamos en 1898. Una joven médium llamada Koudelka Iasant siente una terrible atracción por aquel lugar. Alguien la está llamando, lo puede sentir. Una misteriosa y poderosa fuerza la guía hasta el monasterio, no puede resistirse a ella.
Un nuevo monstruo nos espera, nuestra protagonista está sola pero su poder mágico es alto, el monstruo después de unos cuatro ataques pasará a mejor vida. Este es un buen momento para grabar. Tenemos dos opciones o seguir al fondo o intentar abrir una puerta bloqueada al lado izquierdo. Nos decantamos por la segunda opción, empleamos la sangre recogida con anterioridad en la estatua para que así nos abra el paso. Echamos un vistazo a la habitación y vemos las raíces que allí se encuentran. Seguimos por el pasillo anterior hasta llegar al Cementerio.
Decidimos ir al Sur de la pantalla, pues hay una verja metálica que nos impide la vuelta hasta el interior del Monasterio. Allí encontramos la tumba de San Daniel. En ese momento un simpático viejecillo llamado Roger Bacon hará aparición. No sabríamos describir a Roger como una persona entrada en años o una momia que se conserva bien, el caso que la conversación con él nos revela grandes pistas aparte de abrirnos la puerta del Norte. Pero antes de salir de aquel lúgubre lugar nos adentraremos más al Sur hasta llegar a la tumba de Charlote, allí rezaremos por su alma y cogeremos la muñeca Vigna. ¡Ummm! Eso parece una ballesta o un arco... otra arma para nuestro inventario.
Entramos al Monasterio por la puerta que nos abrió el cortés Roger y seguimos el camino de la derecha para volver a unir al grupo. Tras la conversación sobre Elaine nos dirigimos a la estancia donde estaban las dos momias: Valna y Vigna. Al darles las muñecas sueltan la llave verde, la recogemos sin pausa alguna y la utilizamos en la puerta contigua.
Esto nos resulta familiar... Cogemos las escaleras y doblamos la esquina, seguimos hasta llegar a una especie de comedor.