Gaming Club
Regístrate
españaESPAÑAméxicoMÉXICOusaUSA

Koudelka

Koudelka - CD3

Gales, Gran Bretaña... En los acantilados de Aberystwyth, como emergiendo del mar, se asienta el abandonado monasterio de Nemeton. Estamos en 1898. Una joven médium llamada Koudelka Iasant siente una terrible atracción por aquel lugar. Alguien la está llamando, lo puede sentir. Una misteriosa y poderosa fuerza la guía hasta el monasterio, no puede resistirse a ella.

Actualizado a

CD3

Nos encontramos en el Jardín, hemos dejado atrás a la gárgola en la Iglesia.
Después de recorrer toda la zona nos damos cuenta de que no tenemos salida alguna. Koudelka se para extrañada ante las numerosas estatuas que se encuentra. ¡Ummm! algo hay que hacer con ellas...

Así, nuestra protagonista empieza por la zona Oeste, examina la estatua y deja el objeto que nos pide. Volvemos al centro del Jardín y desde allí nos dirigimos al Este, nos topamos con una estatua de una bella mujer a la cual le damos otro objeto. Un tanto más a la izquierda podemos distinguir una nueva estatua, esta vez de un hombre, nos acercamos y repetimos la operación. Desde aquí si seguimos subiendo podemos llegar a la puerta del Monasterio, pero de nada servirá pues está cerrada a cal y canto.
Volvemos al centro y nos damos cuenta que en la Fuente de Piedra hay algo que reluce, no lo podemos alcanzar. Seguimos dando vueltas por el Jardín para intentar buscar solución alguna, nos dirigimos a la zona de la cripta y esta vez cogemos el camino de la izquierda, de repente nos damos cuenta de que existe una cuarta estatua, nos solicitará un nuevo objeto. ¡Algo ha tenido que suceder! Volvemos a la fuente de piedra y apreciamos como el nivel del agua ha cambiado, ahora tenemos acceso al colgante de Koudelka, rápidamente nos lo equipamos, esta reliquia será crucial en la aventura.

En la zona Norte nos topamos con una quinta estatua que guarda entre sus manos la Espada de Sacnoth, este es el arma más poderosa del juego, sólo será accesible si vencemos en combate a la gárgola. Esto lo podemos tomar como un reto, pues dicha arma no será imprescindible en un futuro.