La doble A: Alcaraz y Ayuso

Y el futuro se hizo presente. Después de sus primeras pinceladas entre los mayores, Juan Ayuso y Carlos Alcaraz llegaban a 2022 como abanderados de la ilusión. 19 y 18 años, respectivamente (ahora, ambos uno más), expectativas altas y muchas ganas de escalarlas. Los dos se sentían preparados. “Me veo cada vez más cerca de los jugadores top”, decía Charly tras rozar la remontada ante Matteo Berrettini, en la tercera ronda del Open de Australia. Mientras el prodigio murciano abandonaba Oceanía, el UAE ponía a mandar al de Jávea, de estreno como líder en la Volta a la Comunitat Valenciana. “El joven Juan Ayuso competirá en las carreteras de casa y está realmente motivado e ilusionado. ¿Qué puede hacer? Creemos en su talento y sólo le pedimos que dé lo mejor de sí. Es importante que siga disfrutando y aprendiendo en sus primeras carreras profesionales”, explicaba Joxean Fernández Matxín, mánager del equipo, al anunciar su escuadra para la ronda valenciana.

Diez meses después, Alcaraz es el número uno del ranking ATP, top entre los tops, y Ayuso, que ni tenía La Vuelta en su calendario, ya sabe qué significa subir al podio de una grande. La frenética velocidad de la juventud, que no le teme a nada, mezclada con dosis exageradas de talento, a la vista de todo el mundo. “Alcaraz combina las cualidades de Federer, Djokovic y Nadal”, ha llegado a decir durante el curso Patrick Mouratoglou, actual entrenador de Holger Rune, otra de las grandes joyas del circuito. “Está a punto de cambiar el tenis. Nosotros debemos ponernos al día”, vaticinaba Dominic Thiem, en AS, durante el Gijón Open. “Es una de las mayores máquinas que verás en ciclismo. Es superfuerte y supertalentoso. Creo que hará grandes cosas en el futuro”, le ha dedicado, por su parte, el mismísimo Tadej Pogacar, jefe de filas, a Ayuso recientemente.

Tras semejantes halagaos, además de una facilidad consustancial para sus respectivos deportes, se empiezan a amontonar números, récords y éxitos. Lo intangible es enorme, pero su eclosión no solamente se puede tocar: arrolla. Tras Australia, Alcaraz empezaba a mover sus alas hacia lo más alto, proclamándose campeón en Río de Janeiro, un ATP 500 de dimensiones importantes engullido por la inmensidad de todo lo posterior. Ayuso, a fuego más lento, rozaba su primera victoria profesional en el Trofeo Laigueglia. En la tercera etapa de la Volta a Catalunya, ser acercaba de nuevo. En el Circuito de Getxo, por fin, siendo el tercer español más joven de siempre (tras Miguel Poblet y Delio Rodríguez), alzaba los brazos dentro de la élite. Justo antes de los mejores trazos de una obra conjunta que, a golpe de raqueta, ya había triunfado en Miami, Madrid (Masters 1.000) y Barcelona (Trofeo Conde de Godó).

El 11 de septiembre, como si el destino quisiera atribuirse el mérito, Alcaraz y Ayuso se daban la mano a casi 6.000 kilómetros de distancia. Lo hacían para apretar los puños, para levantar sus brazos, para gritar que el futuro es ahora. Por la tarde, en Madrid, el ciclista alicantino ratificaba su tercer puesto en La Vuelta; horas después, ya en plena madrugada española, en Nueva York, el tenista murciano conseguía su primer Grand Slam y, con él, ascender a la cima del ranking mundial. El más joven (19 años y 360 días) de siempre en lograr un podio en La Vuelta (el segundo si se incluyen Tour y Giro), el más joven (19 años, cuatro meses y siete días) de siempre en ser número uno ATP. “Es increíble. En pretemporada, no entraba en mis planes estar aquí. Con mi entrenador hablé antes de venir que lo ideal era mostrar destellos de calidad”, decía Ayuso. “Es increíble”, repetía Alcaraz. “Tener esta copa en mis manos es algo con lo que he soñado desde que empecé a jugar”, añadía. Dos prodigios.

2023, ¿y ahora qué?

Dos techos rotos antes que nadie. Dos listones infranqueables para casi cualquiera superados con una facilidad pasmosa. Dos momentos en los que quedarse. Ese es el objetivo a partir de ahora. “La Vuelta será mi principal objetivo para 2023. Ahora tenemos una concentración que empieza el 10 de diciembre, y veré con Matxín (mánager del UAE y una de las personas de confianza del alicantino) el resto de calendario, pero todo irá enfocado hacia La Vuelta”, revelaba recientemente Ayuso a AS. “Tengo que trabajar para seguir siendo el número uno durante mucho tiempo. Quiero ser como el Big Three, estar todo el tiempo posible ahí”, ha llegado a asegurar Alcaraz a lo largo de la temporada. Son jóvenes, pero ya conocen el camino.