Alcaraz barre a Schwartzman para ganar su primer ATP 500
Su triunfo incontestable en dos sets y 87 minutos ante el argentino le mete por primera vez en el top-20 a sus 18 años y 9 meses, antes que Nadal.
Río de Janeiro será para siempre una ciudad muy especial para Carlos Alcaraz. Allí jugó y ganó su primer partido ATP en 2020, contra su compatriota Albert Ramos, y allí ganó este domingo su primer título de categoría 500, tercero de su carrera tras los de Umag, también sobre tierra batida, y las NextGen ATP Finals de Milán, en dura. Lo hizo con unas sensaciones maravillosas y mucha autoridad (6-4 y 6-2 en 87 minutos), ante un rival complicado, que había sido campeón en la misma pista hace cuatro años y top-10 hace dos, Diego Schwartzman, actual número 14 del mundo. "Ha sido una gran semana a un gran nivel. Estoy muy feliz y tengo un sentimiento estupendo", dijo antes de la entrega de trofeos.
Un día después de haber superado los partidos de cuartos y semifinales con dos horas y media de diferencia, el murciano actuó con una intensidad asombrosa y un control de las emociones impropio de su edad. El triunfo le mete por primera vez en el top-20 con 18 años y algo más de nueve meses, antes que el incomparable Rafa Nadal, que alcanzó el puesto 17 del ranking en 2005 con 18 y 11. Ese mismo año, el balear había levantado en Acapulco su primer trofeo 500 con 18 y 8. Alcaraz es el campeón más joven en la categoría desde Jannik Sinner (19) en Washington 2021. "Estoy preparado para entrar en el próximo nivel", advirtió el prodigio de El Palmar, que es décimo en la carrera a las ATP Finals.
Para conseguirlo, Carlos exhibió un repertorio ilusionante, con golpes de todo tipo: ese drive al que dota de potencia con una facilidad pasmosa, un revés paralelo cada vez más interesante, dejadas exquisitas y efectivas, voleas talentosas e incluso algún globo tan preciso como demoledor. Además, saca más que bien, sabe variar su juego, cambiando direcciones y alturas cuando lo necesita, y tiene una capacidad innata para la defensa. Esas cualidades le hacen muy dominador en tierra incluso ante especialistas como Schwartzman, que hizo un buen primer set, en el que se adelantó de inicio (2-0) antes de perderlo por un par de errores que no tocaban en el 6-4.
Sentencia
“Todo el rato haciéndolo bien para esto”, se quejó el bonaerense, que encajó un quiebre de entrada en la segunda manga, en un momento que había sido de crisis para Charly en los partidos de cuartos ante Berrettini y semifinales contra Fognini. Aunque El Peque no se rindió y se soltó en busca de una improbable remontada, por desgracia para él, Alcaraz volvió a romperle el saque con una presión asfixiante al resto y un derechazo supersónico. Y lo hizo de nuevo, esta vez en blanco, para sentenciar y darle una gran alegría a su ‘abuelo’ tenístico, Antonio Martínez Cascales, su entrenador Río en ausencia de Juan Carlos Ferrero y forjador, en gran medida, del carácter que permite al chico hacer realidad bien pronto sus sueños. Los perseguirá de nuevo en Acapulco desde el martes, junto a su idolatrado Nadal. Se las verá con otro campeón del fin de semana, el británico Cameron Norrie, que triunfó en Delray Beach.