El Barça, otra vez campeón
El FC Barcelona tenía dos oportunidades esta semana para proclamarse campeón de la Liga Asobal: el martes o el viernes. Siempre dando por hecho, claro, que sus partidos se cuentan por victorias. Finalmente se coronó el martes, a falta de siete jornadas, porque a su previsible triunfo en Valladolid se unió la derrota, menos previsible, del Granollers en Benidorm. El equipo azulgrana llegó así campeón al Palau, donde pudo celebrar ante su público su 30ª Liga, que es también la 13ª consecutiva y la segunda con Antonio Carlos Ortega al frente. Desde que el Ciudad Real cantara el alirón en 2010, todos los títulos ligueros han sido culés. Y si abrimos el abanico al resto de campeonatos nacionales, el último fue el Atlético de Madrid en la Copa del Rey de 2013. Desde entonces, el Barcelona lleva diez años paseándose por España, lo que reduce la igualdad y la emoción de las competiciones a los siguientes escalones, a la lucha por los subcampeonatos y por las plazas europeas.
Su dominio, no vamos a engañarnos, ha rebajado el interés por los torneos nacionales a la altura del bostezo. El Barça no tiene la culpa, claro. Ellos hacen lo que se exige a un club grande: ganar. De hecho, es de agradecer que, a pesar de que sus secciones deportivas generan pérdidas, el fútbol siga manteniendo a otros deportes. El domingo pasado, sin ir más lejos, el equipo de fútbol sala se impuso en la Copa del Rey. El Barça lucha todas las temporadas en múltiples frentes. Además, el equipo de balonmano ha logrado igualmente liderar Europa. Su plantilla está creada para eso, pero no siempre lo había logrado. En estos diez años de su pleno español, tres ha ganado la Liga de Campeones, entre ellas las dos últimas. De hecho, es el único equipo del mundo que está invicto este curso en Liga y Champions. La Asobal se le quedó pequeña hace tiempo y, ahora sí, también reina en el continente.
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