No conviene olvidar los orígenes
El 7 de junio de 2015 en la Nova Creu Alta, estadio del Sabadell, Osasuna vivió uno de los momentos más angustiosos de su historia. Dirigido por Martín y con una situación económica complicadísima, los rojillos necesitaban empatar o ganar para permanecer en Segunda. Sabían que no conseguirlo podría, incluso, suponer, la desaparición del club. Sin embargo, se obró el que ya es conocido como ‘El milagro de Sabadell’.
Si en aquel momento, a cualquiera de ustedes, o a mí misma, les hubieran contado que ocho años después Osasuna iba a volver a ser un club saneado y que los rojillos iban a lograr hitos tan importantes como clasificarse para la Conference o volver a jugar una final de Copa, las caras hubieran sido, cuanto menos, de incredulidad. Pero sí, es la realidad y fruto de todo ese trabajo, los hombres de Arrasate disputarán por primera vez en su historia la Supercopa de España. En pocos meses, a los navarros se les presenta la segunda oportunidad de alcanzar el primer título de los 103 años de historia del club.
Que es muy complicado que se dé, es evidente pero los rojillos han viajado a Riad con las maletas cargadas de sueños y los sueños, a veces, se cumplen. Pase lo que pase, que sirva todo esto para que nadie del entorno rojillo olvide de dónde venimos, lo complicadas que fueron las cosas hace menos de una década y que el club estuvo a punto de la desaparición. Disfrutar de esta competición en la que se estrenan ya es un premio, pero lo es más aún el orgullo de que Osasuna haya sabido resurgir de las cenizas y volver a ser un club señor respetado por todos.