¡Quisieron jugar desnudos! El conflicto diplomático que canceló un partido internacional en Argelia

Igual que en Europa, en África las competiciones continentales van llegando a las últimas rondas, cuando la cosa se pone más seria y los mejores de entre los mejores están a punto de decidir al campeón. Es el caso de la Copa Confederación, la segunda en importancia (equivalente a la Europa League), que ya va por semifinales. Por un lado del cuadro, el Zamalek egipcio y el Dreams ghanés no pudieron pasar del empate a 0 en el partido de ida en El Cairo; queda pendiente para el próximo día 28 en Kumasi. El otro emparejamiento enfrenta al Union Sportive de la Médina (USM), uno de los clubes más importantes de la ciudad de Argel, con el Renaissance Sportive procedente de Berkane, al noreste de Marruecos. El choque estaba previsto para el pasado domingo 21 a las 8 de la tarde. Pero nunca se llegó a jugar.

El motivo, afortunadamente, no es ninguna tragedia con víctimas, ni tampoco se ordenó la suspensión preventiva por alguna amenaza terrorista ni nada parecido. La causa real es tan rocambolesca y difícil de creer que la Confederación Africana (CAF) aún no ha sabido cómo reaccionar más allá de un tibio comunicado de petición de disculpas sin mayor explicación. Porque el balón no echó a rodar debido a que el Berkane, visitante, no tenía sus camisetas. Y no las tenía porque la policía se había incautado de ellas a la llegada de la expedición marroquí al aeropuerto de Argel.

De cara a las autoridades argelinas, la equipación en cuestión tenía un problema imperdonable: lucía en el pecho un mapa de Marruecos... que, siguiendo las indicaciones oficiales de su régimen, incluye como propio todo el territorio del Sáhara Occidental. Para el gobierno argelino, históricamente enfrentado a su vecino, tal diseño es inaceptable: Argel se ha posicionado clara y notablemente a favor de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), nombre que recibe el estado independiente que se quiere establecer en esta parte del mundo. Este es uno de los varios motivos que llevaron a ambos países a romper relaciones diplomáticas en 2021.

La situación política del Sáhara Occidental es una de las más controvertidas del planeta. Antigua provincia española, la ONU reclamó su descolonización y los últimos efectivos del ejército europeo se marcharon en febrero de 1976, renunciando España desde entonces a toda responsabilidad sobre el lugar. Mientras la población autóctona saharaui pretendía la creación de un nuevo estado independiente, Marruecos alegó vínculos históricos para invadir el territorio y convertirlo de facto en parte integrante de su propio país. Según Naciones Unidas, el Sáhara sigue aún oficialmente sin descolonizar y esta anexión de Marruecos no se reconoce (aunque algunos países sí lo hacen); en la práctica, el reino de Mohamed VI controla toda la costa y la gran mayoría de la parte central, mientras que apenas una estrecha franja de terreno en el extremo oriental está en manos de la RASD, que también tiene reconocimiento internacional bastante limitado. Todo esto en una región del mundo de clima desértico y población muy escasa... pero con notables recursos naturales, sobre todo minerales (en particular fosfatos), así como un gran banco pesquero y prospecciones petrolíferas en sus aguas cercanas.

Así las cosas, las autoridades argelinas confiscaron las prendas, pese a que el Berkane ya había vestido modelos similares en partidos anteriores de la misma competición. El mismo día del partido, con el público en las gradas y todo listo para comenzar, les devolvieron no su ropa original, sino unas versiones sin mapa que más tarde la marca Bang Sports, proveedora del equipo marroquí, calificaría de “falsificaciones”. Los jugadores se negaron a utilizarla e incluso se plantearon saltar al césped sin camiseta: ya estaban listos para hacer el calentamiento solo con la chaqueta del chándal, sin nada debajo, pero un empleado de la CAF se lo impidió.

¿Y ahora qué? ¿Cómo se resuelve este asunto ante una situación tan confusa? Hay varias opciones encima de la mesa y ninguna termina de convencer a nadie, porque ninguna de las partes está dispuesta a ceder: ni el Berkane admite jugar sin el mapa ni Argelia acepta que se use en su país, alegando que es un “mensaje político” prohibido expresamente tanto por la ley argelina como por la normativa de la CAF. Pero los marroquíes no se negaron a participar: se presentaron en el estadio en tiempo y forma y estaban dispuestos a saltar al césped con la misma indumentaria que ya habían usado sin mayor problema apenas dos semanas antes. No es descabellado, por tanto, que los tribunales fallen dándole el partido por ganado tanto a uno como al otro equipo... o incluso que ordenen la repetición en campo neutral.

Por supuesto, vaya la sentencia en el sentido que vaya, tampoco sorprendería a nadie que el perdedor se sintiera agraviado y elevara la cuestión al TAS, alargando aún más la solución definitiva. Y el tiempo apremia, porque el partido de vuelta está al caer (también es el día 28) y, entre otras cosas, el USM necesita saber si tiene que viajar a Marruecos o no. Lo más lamentable es que nada de esto es una sorpresa: era más que previsible que, en vista de la situación política de conflicto que se vive desde hace años, algo así podía ocurrir, pero ningún dirigente en la CAF estuvo al quite para adoptar medidas preventivas, o tratar de negociar con las partes, o inventarse algo para no tener que llegar a estos extremos.

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