Haaland deja huella
AS disecciona, con ayuda de quienes se han cruzado con él, el meteórico ascenso del ariete noruego: “Haaland se fijaba en Cristiano, estaba obsesionado con el sueño”.
El huracán Haaland está arrasando Inglaterra, como ya hizo en Alemania y Austria. Con 22 años, ha devorado los récords históricos de la Premier en su primera temporada: con 35 goles, ya ha superado los 34 de Andy Cole y Shearer, plusmarca desde hace 30 años. Y son 51 en todas las competiciones. Es su tarjeta de presentación para el Bernabéu.
AS ha contactado con varias personas del fútbol que, a lo largo de los años, han podido observar la meteórica trayectoria del vikingo nacido en Leeds, de padre futbolista (Alf-Inge Haaland jugó en City y Leeds, entre otros) y madre heptatleta profesional. Toni Ordinas, entrenador español que lleva diez temporadas en Noruega, le vio emerger como antes a Odegaard y a Caroline Hansen, estrella del Barça femenino. Desde 2013 a 2018 fue entrenador del primer equipo del Stabaek y director de su Academia. “Empezó en el Bryne, un club muy modesto en el que no hay proceso de selección. Juegan con los niños que llegan y se apuntan. Ahí empezó a marcar goles y a formarse, pero a un ritmo muy normal. Aquí los chicos que destacan se estrenan muy jóvenes en la máxima categoría, eso hizo Solskjaer con Haaland en el Molde. Fue una figura clave en su desarrollo. Le transmitió cómo moverse con inteligencia de cara al gol y le dio confianza para jugar en un equipo muy grande del país”.
Su carácter y mentalidad le han hecho alcanzar metas inimaginables: “He hablado con técnicos que han trabajado con él y hay unanimidad: siempre ha sido un obseso de hacer todo lo necesario para progresar y ser el mejor”, explica Ordinas. En el Salzburgo era habitual verlo en los viajes leyendo libros de nutrición o preparación física y documentándose sobre su afición a la crioterapia (baños de hielo para regenerar más rápidamente los músculos). En Dortmund, la siguiente estación coincidió con dos españoles. José María Relucio, medio de 25 años del Cacereño, llegó al Dortmund en 2019 para el filial, aunque fueron frecuentes las llamadas para entrenar con el primer equipo, donde coincidió con los Achraf, Reus, Sancho y, obviamente, Haaland: “Desde que llegaba a la ciudad deportiva, y era de los primeros, se machacaba como un animal en el gimnasio. Luego, cuando salía al campo, la rompía en cada jugada. Además es peleón, no da un balón por perdido. Recuerdo que se fijaba bastante en Cristiano. Cuidaba mucho la recuperación y estaba obsesionado con el sueño, necesitaba dormir mucho y bien para resetear. Tenía unas gafas naranjas con un filtro para bloquear la luz y energía de los dispositivos electrónicos y así descansar mejor. También tenía luces LED de diferentes colores para favorecer el sueño. Estaba focalizado en mejorar cada detalle y eso se nota. Es difícil encontrar a alguien más competitivo”.
Bebe agua filtrada por un complejo dispositivo porque cree que reporta mayores beneficios a su cuerpo y come productos como hígado y corazón de vaca; ingiere unas 6.000 calorías por día. Joshua King, su compañero en la selección, llegó a decir: “No he visto a nadie comer como él. Come como un oso”.
Mateu Morey, lateral mallorquín aún en el Dortmund, coincidió dos temporadas con él: “Impresiona. Es un portento físico, remata bien con la izquierda, con la derecha y de cabeza. Es muy veloz en el arranque y en velocidad sostenida. Realmente es difícil de parar. Además, es muy simpático y sociable. Es complicado quedarse sólo con una de sus virtudes, pero si tuviera que escoger una diría su mentalidad. Tiene ambición por mejorar continuamente. Y su voracidad. Es insaciable. Si mete tres goles busca el cuarto y si hace cuatro quiere el quinto”.
Su curioso ídolo era el español Michu, actual director deportivo del Burgos. “Hablábamos por mensajes privados de Instagram y nos conocimos hace más de un año, en la fábrica de Adidas en Alemania. También estaba allí Zidane. Querían captarlo para la marca, pero al final se fue con Nike. Fue muy majo y se portó de lujo conmigo, me regaló una camiseta del Dortmund firmada por él. Si le respetan las lesiones puede marcar más de 500 goles antes de retirarse. No sé su precio de mercado actual, pero los 200 millones de los que se habla me parecen poco. Saldría barato, si no se lesiona será Balón de Oro durante muchas temporadas”.
Sus compañeros también alucinan. Como Grealish, que hace días explicó en el Daily Mail: “Es el mejor profesional que he visto nunca. Su mentalidad es algo que no volveré a ver. Recupera en el gimnasio, está diez horas de tratamiento al día, con dieta, baños de hielo… Por eso es lo que es. Yo no podría ser así. A mí me gusta salir y relajarme en los bares de vez en cuando. Él se va a casa”.
Es la fórmula del éxito: buena herencia genética, talento natural, sacrificio y voluntad, cuidar cada detalle físico, dormir mucho, comer como un oso, entrenar más y mejor que nadie... Todo en una coctelera da un delantero de época.