REAL MADRID

El día que Morientes destrozó al Madrid: “Vi sufrir a mis amigos”

Este sábado se cumplen 20 años de la eliminación del Mónaco al Madrid de los Galácticos con un Morientes imperial... que se encontraba cedido por el club blanco.

CHARLES PLATIAUREUTERS

Fernando Morientes (Cilleros, Cáceres, 48 años) figura como uno de los últimos grandes delanteros nacionales del Real Madrid. Sin embargo, un 6 de abril de hace 20 años se convirtió en el verdugo madridista en una dolorosa eliminatoria de Champions, en la que el Mónaco apeó al Madrid en cuartos de final. Y el español, cedido por el club blanco, fue protagonista: marcó tanto en la ida como en la vuelta. “No fue una reivindicación, pero sí la demostración de que yo seguía siendo un gran jugador”, recuerda el punta en AS. Aquella actuación significó un duro golpe a aquel Real Madrid de los Galácticos. Para Morientes, la confirmación de su calidad en las filas del equipo francés, con el que alcanzó una histórica final de Champions y acabó máximo goleador de la competición.

Pero... ¿cómo el Real Madrid se permitió prescindir de un delantero como Morientes? Se explica por la falta de minutos que supuso la llegada de Ronaldo Nazario. El español había pasado de firmar 21 goles en 51 encuentros en la 2001/2002 sin el brasileño... a sólo seis tantos en 28 partidos en la siguiente temporada en la que ejerció de recambio del ‘Fenómeno’. Así que en la 2003/2004, Morientes se planteó salir. “A mí no me gustaban las cesiones. Parecía que salías del equipo porque no tenías sitio y luego volvías casi como segundo plato... Pero en ese momento era la única solución. Y cuando estás en el mejor momento, con 26 o 27 años, sientes que tienes mucho fútbol por delante. Y, aunque sea fuera, buscas minutos”, se explica Morientes.

Morientes saluda a Ronaldo en los instantes previos al segundo encuentro de cuartos de final.PAUL HANNAREUTERS

La opción apareció en un Mónaco que se había quedado sin su ariete, Nonda, por lesión. “Surgió todo tan deprisa...”, recuerda Fernando, que fue convencido por el propio Didier Deschamps, entonces entrenador monegasco. “Me llamó y me afirmó que era un equipo para pelear por la Liga francesa, involucrado en la Champions... y me dejó claro que iba a ser un jugador importante”. De hecho, fueron líderes muchas jornadas de la Ligue 1, pero aquel equipo con nombres como Giuly, Evra, Rothen... brilló sobre todo en una Champions espectacular. Pasó primero de su grupo (con un inolvidable 8-3 al Depor) y, no sin sufrimiento, avanzó en octavos frente al Lokomotiv de Moscú. Llegó el momento del sorteo de cuartos. “Y lo impensable, pasó... ¡Tocó el Madrid! Qué le vas a hacer. Yo me sentía tan jugador del Madrid como del Mónaco. Ver a mis compañeros del Real Madrid enfrente era tan extraño... ¡tan raro!”.

El partido de ida fue en el Bernabéu, donde aquel Madrid de Queiroz cumplió con nota. Victoria por 4-2 de un equipo “colosal”, tituló AS. Quizá la victoria hizo reparar menos en el buen partido de Morientes, que marcó y dedicó su tanto a las víctimas del trágico 11M, ocurrido hacía menos de un mes. La vuelta fue en el Estadio Luis II de Mónaco y el equipo del Principado arrasó. “El fracaso de un proyecto”, tituló este periódico después de que el rapidísimo Giuly y un imperial Morientes, que volvió a marcar, destrozaran a los Galácticos: 3-1, remontada y a semifinales.

Morientes se funde en un abrazo con Raúl tras el triunfo del Mónaco y la eliminación del Real Madrid.JESUS AGUILERADIARIO AS

“Tenía claro que en mi estancia en el Mónaco no quería pasar de puntillas”, recuerda Morientes, que no obstante reconoce que tuvo algo de agridulce aquel triunfo. “No me hizo ninguna ilusión ver sufrir a mis compañeros. A amigos personales como Raúl, o gente como Salgado, Helguera, Figo... con los que había compartido tanto. De hecho, en aquel momento tenía más afinidad con ellos que con mis compañeros del Mónaco, con los que además tenía la barrera del idioma”.

Aquella derrota del Madrid tuvo un tremendo impacto, y que la hubiera protagonizado un futbolista cedido, al que pagaba parte de su salario, todavía más. Eso hizo que a partir de entonces tomara más vigencia la llamada cláusula del miedo, por la que los cedidos no podían enfrentarse a su club de origen. “Siempre he estado en desacuerdo con este tipo de cláusulas. Si un equipo te cede es porque no encuentran sitio para ti. Pero a nivel club, entiendo perfectamente que se intente evitar temas extradeportivos, que un jugador que te pertenece te eche de la Champions...”, analiza Morientes, un jugador cuyo nombre figura con letras de oro en la historia del Real Madrid. Como héroe, pero también como verdugo.

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