Valero: “Nada es imposible”

David Valero (Baza, Granada, 33 años) tuvo poco tiempo para celebrar su plata mundial del domingo en Les Gets (Francia). El lunes se trasladó por carretera (500 km) a Val di Sole (Italia) donde el domingo se disputa la última prueba de la Copa del Mundo en la que va segundo, sólo por detrás del suizo Nino Schurter, que le impidió vestirse de arcoíris. El año pasado fue bronce olímpico.

-¿Fue la carrera de su vida? Lo digo por la forma de dominar, de tener la iniciativa para romper el grupo... No como en los Juegos, que fue una remontada.

-A diferencia de otras veces, esta vez pude salir delante y estuve siempre en cabeza con opciones de ganar. Sí que fue una de las carreras más sólidas que he hecho.

-¿Qué se siente al estar mano a mano con una leyenda como Schurter, diez veces campeón del mundo ya...?

-Es el rival más complicado de batir. Diez títulos no se regalan. Te lee cada movimiento. Intenté atacarle y ganar de tú a tú pero aunque me quedé con la miel en los labios, me hace muy feliz esta plata.

-Todos los focos apuntaban a Tom Pidcock (4º) y al final reventó. ¿Qué pensaron cuando le vieron ya con ustedes en el grupo de cabeza tras salir el 34º?

-Partió de la cuarta línea, pero es muy habilidoso. Le costó enganchar al grupo y gastó unas balas que fueron después en su contra. Era el favorito, venía de ganar dos Copas del Mundo y el Europeo, pero un Mundial es otra cosa.

-¿Cómo viven esta ‘invasión’ de ruteros: Sagan hace unos años, Van der Poel, Pidcock...?

-¡Bien! Significa más repercusión. Que hagan las dos disciplinas es bueno a nivel mediático.

-¿A usted no se le pasa por la cabeza intentarlo con la ‘flaca’? Tiene planta de rodador.

-¡No! Ya tengo una edad. El mountain bike me lo ha dado todo. Comencé aquí y quiero terminar aquí.

-¿Qué le dijo Carlos Coloma (su mánager y entrenador en el BH Templo Cafés) antes de la salida? Siempre se guarda algo. En Tokio le empapó de la filosofía de Luis Aragonés: ‘Ganar, ganar y volver a ganar’...

-El Mundial era la carrera que teníamos marcada este año. Según se acercaba llegó la victoria en Snowshoe y los podios en Canadá y Andorra. La semana anterior hicimos un test en Baza, más o menos con la misma altitud y subida, y salió tan bien que me dio confianza. Coloma me estuvo tirando con la eléctrica y me dijo que soñar es gratis, que cumplir el sueño es difícil pero no imposible. Le pasó a él en los Juegos de Río.

-¿Tokio fue el click para romper?

-Todo se ha ido encadenando. En 2017 terminé cuarto en la general de Copa del Mundo, luego vivieron un par de años con rotura de clavícula, cambio de calendario, la pandemia... La medalla me dio muchísima tranquilidad y esta temporada se ha hecho más sencilla.

-¿Se veía este año ganando una prueba de Copa del Mundo y haciendo podio en otras dos?

-En pretemporada me encontré muy a gusto, con confianza. Pero fuimos a Brasil salió una Copa del Mundo muy mala... Luego fui mejorando poco a poco. Y yo salgo siempre pensando en ganar aunque sea complicado. Nada es imposible.

-Le queda una prueba de Copa del Mundo el próximo fin de semana. Está segundo en la general, a 125 puntos de Schurter. La victoria da 250. ¿Se puede ganar? ¿Piensa en ello?

-Sí. Yo saldré a por todas y Nino a defenderse. Es un circuito en el que he hecho buenos y malos resultados. Subir al podio sería redondear la temporada y lograr la general, hacer historia para España porque sería el primero. Ojalá logre poner el broche. Es importante para mí y para toda el equipo-familia que tengo detrás, con los que disfruto.