CICLISMO

El sueño cumplido de Davide Piganzoli

El prometedor corredor italiano dará el salto a la élite profesional en 2023 de la mano del Eolo-Kometa.

Zoé Soullard

Una de las promesas más interesantes del ciclismo italiano, un joven que ha optado por seguir vistiendo el mismo maillot donde fue formado en categorías inferiores, una inversión de futuro. Es la carta de presentación de Davide Piganzoli, valtellinés de Morbegno (20 años), que debutará entre profesionales el próximo año con el Eolo-Kometa, tal y como ha confirmado el equipo de Alberto Contador e Ivan Basso a través de un comunicado oficial.

Así pues, el primero de los sueños de Davide se hará realidad, gracias a la fuerza del trabajo diario que le ha llevado a conseguir resultados muy importantes en categoría Sub-23 (5º en el último Tour de l’Avenir, campeón italiano de contrarreloj, 10º en el Giro Baby), gracias a la voluntad de quien siempre se ha visto entre los “grandes” del ciclismo vistiendo este maillot.

“Estoy encantado, como alguien que soñaba con este momento desde que era un niño. Para mí, el ciclismo siempre ha sido un deporte hermoso, que conocí por casualidad: tenía 10 años, y en la plaza de mi pueblo había un evento donde los niños podían hacer algún deporte, había bicicletas, y un recorrido para andar: me subí a la bici, y no me quería bajar, recuerdo que inmediatamente le dije a mi mamá que yo quería hacer eso, que quería hacerlo en serio. Ella se puso en contacto con un equipo cerca de casa, pero para entonces era verano y lo hablaríamos más tarde en septiembre: salimos para el mar, y esas fueron las vacaciones más largas de mi vida, porque no veía la hora de volver y empezar a andar en bicicleta”.

Pese a tener ofertas de otros equipos, Piganzoli optó por continuar ligado al equipo que le formó como corredor: “Elegí quedarme aquí, seguir en la estructura en la que he estado los últimos dos años y donde di un salto de calidad importante. Ivan Basso siempre me ha dicho que solo puedo ser un buen corredor si mantengo la cabeza sobre los hombros, si sé crecer con calma. Y Eolo-Kometa es el mejor lugar para crecer: me lo dijo Ivan, Gavazzi que vive un a tiro de piedra de mí y que siempre me aconseja lo mejor, me lo repetía Fortunato, y me lo decían otros corredores profesionales que corren en diferentes equipos. Acerté en la elección, y a los que me preguntan por qué no preferí un gran equipo, respondo que Eolo-Kometa se convertirá en un gran equipo”.

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