La Euroliga no manda en la ACB

La Liga ACB vivió el domingo una vibrante última jornada con varios frentes por resolver. Estaba en juego el liderato de la fase regular, que confirmó el asalto a los poderosos de un inesperado y competente Unicaja Málaga, que no protagonizaba un desenlace así desde 2006, y entonces quedó campeón. También estaba en liza el octavo puesto, que ocupó el Manresa en detrimento del Baskonia, que desaprovechó la última oportunidad de enmendar una temporada en la que tampoco disputó la Copa. Los vitorianos se quedan fuera de los playoffs por primera vez en 41 años. Un batacazo. La tarde dominical solucionó igualmente la segunda plaza de descenso, que envió a la LEB al Obradoiro después de 13 años consecutivos en la ACB.

Fue un día de alegrías y lágrimas, que demostró que las formaciones de la Euroliga también tienen sus debilidades, quizá porque el propio torneo europeo impide a veces mantener la tensión en ambos lados. Esa puede ser la razón de que el equipo más potente del continente, el Real Madrid, haya arrasado camino de la Final Four, a la par de que ha perdido el pulso casero ante el Málaga. Aunque también hay que concederle su mérito al grupo de Ibon Navarro, que ha liderado la Liga con 28 victorias y 6 derrotas, para llegar a la recta decisiva con un nítido cuadro que debería plantarle en la final y con un trofeo en la buchaca, la Champions, que le otorga la tranquilidad del deber cumplido.

Por el otro lado, el Madrid abre este miércoles las eliminatorias ante el Gran Canaria, un cruce que podría estar resuelto el viernes, antes incluso de que arranquen otros dos emparejamientos. Cosas del calendario. Los de Chus Mateo disputarán la Final Four en nueve días y, a su regreso, tendrán que afrontar la semifinal de la ACB, presumiblemente el Clásico ante el Barça. Los blancos han sido los más fuertes hasta la fecha. Pero faltan varios puertos decisivos por subir. Con rampas muy duras.

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