NBA

"Michael Jordan es del montón, en Europa promediaría 16 puntos"

Maljkovic no era un gran fan ni de la NBA ni del mítico 23. John Salley supo nada más llegar al Panathinaikos y conocer a su entrenador que su estancia en Grecia sería corta.

MARIANO POZODIARIO AS

Una institución en el baloncesto europeo y uno de esos sargentos de hierro de espíritu 100% balcánico, Bozidar Maljkovic (serbio nacido en territorio croata mucho antes del desmembramiento, en 1952) no es un gran aficionado a la NBA. Él dijo aquello de que “cualquier final de Copa de la ACB es mejor que un partido de la NBA”, y desde luego nunca fueron muy americanos ni sus métodos de entrenamiento ni su estilo de juego. Ganó cuatro Euroligas, dos con la efervescente Jugoplastika, una con el Limoges (el milagro de 1993) y otra con el Panathinaikos, en 1996. Era un equipo que tenía a Dominique Wilkins y que se llevó, en París, una de las finales más polémicas de la historia, contra el Barcelona y con el tapón que se consideró legal de Vrankovic a Montero. El partido acabó (67-66) sin que los árbitros (Dorizon y Virovnik) señalaran la infracción del pívot del Panathinaikos, que taponó la penetración de Montero después de que la pelota tocara claramente el tablero.

Un año después, el PAO no pudo defender su título en la Final Four porque cayó en cuartos contra su eterno rival ateniense, el Olympiacos que derrotó en la final al, otra vez, Barcelona. Ese Panathinaikos había intentado sumar dinamita NBA con John Salley, el jugador apodado la Araña y que había estado solo siete semanas en Atenas. Salley llegó con 32 años en septiembre de 1996 y después de no haber sido capaz de encontrar equipo NBA.

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Acababa de ganar su tercer anillo NBA como suplente muy suplente en los Bulls del 72-10, el legendario equipo de Michael Jordan, Scottie Pippen… y Phil Jackson. Antes, había ganado dos títulos como suplente importante en los Bad Boys de Detroit Pistons, la gran némesis de Michael Jordan en sus primeros años de carrera. Después de Atenas, pasó más de dos años retirado y jugó una última temporada (1999-2000) con los Lakers, que ganaron el primer título del threepeat de Kobe Bryant, Shaquille O’Neal… y Phil Jackson, que contó con él como veterano y presencia inspiradora en un vestuario con mucho talento (Kobe, Shaq, Rice…) pero poca cohesión. También llegaron por la misma razón Ron Harper, AC Green y Brian Shaw, y los Lakers rompieron su mala racha y, en la primera temporada de Jackson, se proclamaron campeones. Salley, con ese título, se convirtió en el primer jugador con títulos en tres franquicias distintas (luego lo han conseguido Robert Horry, que jugaba en esos Lakers, LeBron James y Danny Green). Y el primer en llevarse anillos en tres décadas distintas.

En sus buenos años (en Detroit y después en Miami) Salley (número 11 del draft en 1986) era un defensor de trabajo sucio y mucha intimidación en las zonas. Pero el jugador que llegó a Panathinaikos ya estaba lejos de su mejor forma física y, sobre todo, no tenía la capacidad de adaptarse a otro tipo de baloncesto, de rutinas… y de arbitrajes. En su primer partido, una derrota estruendosa contra el Barcelona, sumó 5 puntos y 5 personales en solo 12 minutos. Cada vez más enfrentado a Maljkovic, que no hizo ni una excepción disciplinaria con el recién llegado, se marchó poco más de un mes después. El entrenador no contó con él para un partido de Copa contra el PAOK porque había llegado una hora antes del inicio. Venía de Estados Unidos, de una reunión sobre un posible talk show que quería presentar para los canales de Disney (era muy amigo de Eddie Murphy), y de necesitar un avión privado desde París (20.000 dólares de su bolsillo) y un helicóptero desde el aeropuerto de Atenas. A Maljkovic no le enterneció su odisea y Salley regresó a su país con 300.000 dólares. Había firmado por una cifra que pasa de un millón o dos en función de que fuente se consulte.

Que Salley y Maljkovic serían como agua y aceite lo supo el pívot en cuanto conoció a su nuevo entrenador. En Three Ring Circus, el excepcional libro de Jeff Pearlman sobre los Lakers de Kobe y Shaquille (es también el autor de Showtime, el mejor libro escrito sobre los Lakers de Magic Johnson), Salley cuenta que nada más ser presentados, Maljkovic le dijo que Michael Jordan (con el que el ala-pívot acababa de ser campeón) era “un jugador del montón” y que “en Europa promediaría 16 puntos por partido”. En ese momento, según este libro, Salley lo tuvo claro: “Ahí vi que duraría poco allí”. Fueron, finalmente, siete semanas.

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