Un neurocientífico revela cómo engañar a tu cerebro para conseguir dejar de fumar definitivamente
Aplicar estrategias basadas en la neurociencia pueden facilitar el abandono del tabaco y mejorar la salud mental y física.
Dejar de fumar es uno de los retos más difíciles para millones de personas en todo el mundo y comprender el funcionamiento del cerebro puede ser clave para lograrlo. Henning Beck ha compartido una serie de estrategias que podrían ayudar a engañar al cerebro y facilitar el abandono del tabaco y otros hábitos y adicciones perjudiciales. Según el experto, el cerebro de los fumadores está condicionado a asociar el cigarrillo con recompensas inmediatas, pero es posible reprogramar estas conexiones neuronales.
El primer paso, según Beck, es identificar los desencadenantes que llevan a fumar, como el estrés o las situaciones sociales. Una vez identificados, se recomienda sustituir el cigarrillo por otra actividad más sencilla que genere satisfacción más rápidamente. Esto ayuda a crear nuevas asociaciones en el cerebro, debilitando gradualmente el vínculo con el tabaco.
Repetición y paciencia
Además, el neurocientífico destaca la importancia de la repetición y la paciencia. El cerebro necesita tiempo para adaptarse a nuevos hábitos, por lo que recomienda establecer metas pequeñas y alcanzables, como reducir el número de cigarrillos diarios de manera progresiva, en lugar de intentar dejarlo de golpe.
Otra técnica clave propuesta por la experta en adicciones Tanja Endrass, es la planificación. La experta sugiere tener claras las motivaciones e imaginar los beneficios de dejar de fumar, como una mejor salud o ahorro económico, cada vez que surge el deseo de encender un cigarrillo. Esta práctica activa las áreas del cerebro relacionadas con la motivación y la recompensa a largo plazo, lo que contrarresta la necesidad inmediata de nicotina.
La alimentación juega también un papel crucial en el abandono de las adicciones. Consumir alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras, puede ayudar a reducir los síntomas de abstinencia y mejor el estado de ánimo. Beck también sugiere evitar el alcohol y café durante las primeras semanas, ya que estas sustancias suelen estar asociadas con el hábito de fumar.
Por último, el neurocientífico enfatiza la importancia de buscar apoyo social. Compartir el proceso con amigos, familiares o grupos de apoyo no solo proporcionan motivación, sino que también activa as áreas del cerebro relacionadas con la conexión emocional, lo que refuerza la decisión de dejar de fumar.
Con estas estrategias, es posible engañar al cerebro y romper el ciclo de dependencia que las personas pueden crear con ciertas sustancias. Aunque el proceso requiere esfuerzo y constancia, los beneficios para la salud y la calidad de vida hacen que valga la pena intentarlo.
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