Ni Estados Unidos ni Francia: España fue el primer país en idear un paso artificial por Panamá en la época colonial
España, a través del Camino de Cruces y el Camino Real, sentó las bases de la actual construcción, una de las más destacadas del siglo XX.


Donald Trump, en su regreso a la Casa Blanca, ha empezado con fuerza. Antes de lanzar su plan para convertir la Franja de Gaza en “la Riviera de Oriente Medio”, señaló directamente a dos claros objetivos: Groenlandia (constituida como una nación del Reino de Dinamarca) y el Canal de Panamá (que está bajo el control de este país de América Central).
Sobre el segundo de los objetivos, Trump llegó a decir que “algo muy gordo va a pasar”, si Estados Unidos no recupera el control del canal, algo que ya tuvo desde su inauguración en 1914 y hasta el año 1977, cuando se firmaron los Tratados Torrijos-Carter para su entrega progresiva a Panamá. Pero el nuevo presidente estadounidense ha dicho “basta”, considerando que Panamá impone unas tarifas muy altas a los cargueros que pasan por él.
“Son ridículas, especialmente si se tiene en cuenta la extraordinaria generosidad que Estados Unidos ha tenido con Panamá”, afirma Trump, quien además acusa a China de estar gestionando el canal. Y si bien Estados Unidos se hizo cargo del proyecto, una de las grandes obras de ingeniería del siglo XX y uno de los pasos marítimos más importantes del mundo, no fue el artífice de planificar ese paso.
Este honor corresponde a España. En el siglo XVI, durante la época de la Colonia española y mucho antes de la inauguración del canal, se construyeron el Camino de Cruces y el Camino Real, secciones de la Ruta Colonial Transístmica. Dos rutas que atraviesan el país por tierra y por agua y que “son importantes porque son un antecedente a lo que es el Canal y la construcción del ferrocarril de Panamá”, según la jefa del Departamento de Paisajes Culturales y Extensión del Ministerio de Cultura, Roxana Pino.
Dos caminos precursores del gran canal
El objetivo de ambos, precursores del actual canal que llegaría a comienzos del siglo XX, era conectar el litoral del Caribe con Ciudad de Panamá (la capital) para transportar mercancías desde y hacia España: mientras que el Camino de Cruces unía la capital de Panamá con San Lorenzo, el Camino Real desembocaba en Portobelo.
El primero de ellos, el Camino de Cruces, se usa desde 1527 y cuenta con 25 kilómetros de tramo terrestre, 50 kilómetros por el río Chagres (cercano al Canal de Panamá) y otros 60 hasta Portobelo. Pese a ser más lento (se tardaba hasta dos semanas), era más barato que el Camino Real y por ahí se movían las mercancías y era usado por civiles.
Por su parte, el Camino Real era exclusivamente terrestre y era utilizado desde el año 1521. Consiste en 80 kilómetros de trayecto con un empedrado de piedras de cal, que discurre por el Parque Nacional Portobelo y Parque Nacional de Chagres. Por este camino se transportaba, principalmente, la plata y los tesoros de la corona, por lo que era usado principalmente para viajes oficiales. La duración de la ruta era de aproximadamente cuatro días.
Ahora, ambos caminos son empleados para el senderismo profesional, siendo parte destacada de la Ruta Colonial Transístmica, un proyecto del Ministerio de Cultura de Panamá que se postuló para ser Patrimonio Mundial de la Unesco, si bien finalmente no fue seleccionada.
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