SUCESOS
Levantan la sanción a Rosa Peral en la cárcel
La condenada por el ‘crimen de la Guardia Urbana’ tenía limitadas las llamadas telefónicas y restringidas las visitas presenciales hasta este miércoles.
Hace dos semanas, y al calor del estallido mediático de El cuerpo en llamas, salía a la luz que la Junta de Tratamiento de Mas Enric, la prisión en la que Rosa Peral está interna, imponía un castigo a la asesina de Pedro Rodríguez por la sobreexplotación a los medios que estaba teniendo. Consideraban que este hecho podría afectar a su proceso de reinserción y, a este respecto, primero le limitaron las llamadas telefónicas -sanción motivada por el uso que le dio a estas para hablar con medios de comunicación- y, posteriormente, le restringieron las visitas presenciales.
Entonces se dijo que esto duraría mínimo un mes, pero la Consellería de Justicia, Derechos y Memoria de la Generalitat ha decidido levantarla antes de tiempo. Pese a que en todo momento se aclaró el carácter temporal de la medida, tal y como ha confirmado Catalunya Ràdio, fuentes del departamento han confirmado que el levantamiento se debe a que ya “se ha considerado que la situación ha vuelto a la normalidad al bajar la atención mediática sobre el caso”.
Tres días sin poder hablar con su familia
Hasta esta semana, Peral, que está condenada a 25 años por el asesinato de su expareja, solamente ha podido ver a aquellos parientes de primer y segundo grado con los que las relaciones sean “afines”. También se incluían las visitas que se dieran en locutorio o bajo la condición del vis a vis. Este régimen sancionador, que se advirtió podía terminar antes de tiempo siempre y cuando la evolución fuera favorable en la autora del llamado crimen de la Guardia Urbana, ha sido interpretado como efectivo por el organismo y, finalmente, han decidido pausarlo. Si el comportamiento los días posteriores responde de la manera esperada, entonces se pondría fin definitivo a su aislamiento.
Todo esta circunstancia llega después de que la condenada manifestase el descontento que le han generado El cuerpo en llamas y Las cintas de Rosa Peral. Esta animadversión la hizo pública en conexiones telefónicas que mantuvo con la prensa cuando ya le habían prohibido expresamente hacerlo. Así lo aseguró también su abogada, Núria González, quien habló en la emisora mencionada para denunciar que Peral llevaba “tres días sin poder hablar con su familia directa”.
La letrada también aprovechó para hacer público el intenso “registro” que estaba sufriendo en su celda, donde, dice, le habían retirado objetos como lápices de colores y auriculares. Desde esta semana, la asesina, acorde con estas peticiones y en línea con el comportamiento favorable que ha demostrado, respirará un poco más aliviada.