“Hacer música hoy es un acto de fe”
La banda vallisoletana Siloé presentó de la mano de Johnnie Walker su cuarto álbum, ‘Santa Trinidad’. AS tuvo la oportunidad de charlar con ellos.
El camino de Siloé es el del trabajo y la resiliencia. La banda vallisoletana ahora convertida en trío (el baterista Jacobo Betanzos se ha sumado a la aventura de Fito Robles y Xavi Road) se hace grande en su cuarto trabajo, ‘Santa Trinidad’, que presentaron en Madrid de la mano de Johnnie Walker. Una cita íntima en el coqueto y rockero restaurante Bosco, apenas unas decenas de invitados especiales y un miniconcierto en el que terminaron por poner patas arriba lo que parecía iba a ser un pequeñito showcase. Siloé va a por todas, da igual en qué formato les encuentres. Antes de subirse al escenario compartieron unos minutos con AS para charlar sobre su música, el esfuerzo de ser artistas profesionales y también sobre sus experiencias deportivas... que incluyen jugar al fútbol en el Pontevedra.
Nos hemos juntado aquí para este Santa Trinidad que tenéis sacado del horno. ¿Cómo está siendo el feedback inicial que estáis recibiendo?
(Xavi): Estamos ahora mismo como volando, porque es un disco que llevamos dos años prácticamente preparando y el feedback está siendo muy bueno. La gente está escuchando el disco entero, que eso es muy complicado. Se suele escuchar un par de temas, los que se dan a conocer, pero nos están diciendo “me gusta este y este también...” y eso es que la gente le está gustando el álbum, que es un sueño para nosotros que la gente tenga esa atención. En estos tiempos de Spotify es complicado conseguirlo.
Ahora sois tres con Jacobo. Me hizo mucha gracia una entrevista hace tiempo en la que os leí que decíais que erais como los personajes de Toy Story. Fito era Woody y Xavi, Buzz Lightyear... Y Jaco, ¿quién es?
(Fito): Yo creo que es un poco el caballo... (risas).
(Xavi): Totalmente, con el ritmo, ¿no?
(Fito): Es la base percusiva que faltaba, para cerrar esta Santa Trinidad. Bueno, también es un poco la nave en Toy Story. O el marcianito...
(Xavi): Sí, el del gancho.
(Jacobo): El caballo mola. Y además es un poco lo que cada uno aporta...
Fito ese toque folk, Xavi el electrónico y a Jacobo... le podemos ver versionar a Guns’Roses en su Instagram.
(Jacobo): Eso es. Rock and roll. Totalmente. Yo creo que a todos nos suena el rock. Estamos todos súper conectados. Al final juntamos la música que vamos sacando de dentro. Cada uno aporta su pinceladita, lo juntas... y es una pasada.
Si algo tiene Siloé es que os sentís cómodos empezando a capitanear escenarios principales de festivales relevantes y también en las propuestas más íntimas.
(Fito): Mola porque eso es lo que hemos intentado programar en el disco. Es eso, ir de lo íntimo a lo universal. De lo más emocionante, de lo emocionalmente pequeñito a lo más grande. No digo que sea difícil o fácil, es que es nuestra configuración. Es el ADN del disco. Ya desde que empezamos, que empezamos siempre en acústico a tocar los dos. Empiezas con una guitarra, con un piano, empezamos a hacer garitos y después dimos el salto a los festivales y ahí es cuando empezamos a mirar otras cosas... Hay que hacer otro tipo de arreglos en las canciones para llevarlas a que la gente baile. Entonces vas encontrando qué canciones son para qué momento. Y cada disco nos va dejando canciones que se van quedando en el directo y cada una tiene un momento propio. Unas para emocionar, otras para bailar, otras para saltar, otras para pensar. Cada canción tiene su momento.
Yo creo que hay que tener arte para conseguir en una canción establecer un símil entre una oposición y una historia de amor. Son cosas que a priori no pueden ser más antagónicas.
(Fito): Es la picaresca de la letra y lo bonito que tiene la lengua en la que escribimos, el castellano, que es una lengua maravillosa y que las palabras te regalan acepciones diferentes. Entonces nosotros ahí intentamos ser como los magos, que meten las palabras ahí en una chistera y... El otro día además escuchábamos acerca del éxito así clamoroso de un artista y decíamos ‘¿cómo cojones consiguen que una canción espiritual también hable de amor?’ Lo piensas. ¿Cómo consigues que eso conecte con la gente? Yo creo que está ahí el trabajo del artista. A veces observas un cuadro, por salirnos de la música, y dices, ¿cómo ha conseguido que ese cuadro me recuerde a mi infancia? Parece imposible que un lienzo consiga algo así. Pues la música es igual, te transporta a lugares, es algo maravilloso.
Hace poco escuché una reflexión de Marc, de Dorian, sobre la obsesión de la industria por mirar las cifras de escuchas y el número de followers, y que por el camino quizá se está perdiendo a los nuevos Nirvana o Daft Punk... ¿Compartís esa visión?
(Fito): Sí, y la visión de Marc es muy interesante porque también es marketiniana. Dice, joder, es que las compañías, si tú miras solo las cifras de los artistas y ves una tendencia que dice, vale, tiene tantos plays y sólo ves eso.... tú te estás perdiendo por el camino quizá lo realmente diferente, lo orgánico, un artista que sale y que dices, hostia, es que si por este apostamos, lo mismo la reventamos. Es una visión a largo plazo, que además creo que da más beneficio todavía. Hay ejemplos como, por ejemplo, Pink Floyd.
(Xavi): El primer éxito de Bruce Springsteen fue en su cuarto álbum... Otro ejemplo, uno los discos más conocidos de Depeche Mode, Violator, es el séptimo álbum de la banda. Es increíble. Ahora sacas un disco y si al segundo no lo has petado es un ‘chaval, venga, a tu casa’.
(Fito): Me alegro que te hagas esta pregunta, porque es a nosotros, que nos está empezando a ir un poco bien ahora, un poquito bien, es con nuestro cuarto álbum. Para la mayoría de gente somos artistas emergentes. Y esto empezó en 2016. Quiero decir que lo de la insistencia, perseverar y tal, no es una broma. Es que es real, es que tienes que insistir con tu proyecto muchísimo. Y si no confías en la discográfica, tienes que confiar tú. En nuestro caso, tenemos que confiar en nosotros porque no existe la discográfica, somos nosotros.
(Xavi): A día de hoy, en 2023, tener una banda y hacer música es un acto de fe.
A vosotros ese acto de fe os pilló con disco nuevo justo antes de estallar la pandemia...
(Xavi): Ya íbamos sin paracaídas y encima... Sí, sí. Fue duro porque en aquel momento sacábamos un álbum, estábamos de teloneros de la gira de Izal prácticamente entera y todo desapareció. Fue un palo tremendo.
(Fito): Imagínate, tío, que nosotros hiciéramos como las compañías, teniendo nuestro propio sello discográfico, y dijéramos, que vamos a hacer cálculos de los números y en torno a eso apostamos. No haríamos nunca nada. Porque no tenemos números.
(Xavi): El problema es que el modelo que tenemos, que es el capitalismo, que no es ni mejor ni peor, es el que tenemos, está mutando a ser necrocapitalista. O sea, ya se fagocita a sí mismo, ya destruye cosas que probablemente le puedan ir bien en el futuro, pero al corto plazo no le interesa. Es una catástrofe y es de lo que hablaba Marc. Conclusión, hacemos lo que podemos. Poquito a poco.
Siempre habéis tenido una imagen muy cuidada, muy profesional. Nada se deja al azar, tampoco eso. Sea con los medios que sea.
(Fito): Quiero dejar una cosa clara. Nos hemos equivocado muchísimo en el camino. Hemos tenido que dar volantazos porque en el fondo esto es una empresa. Pero también digo que el asunto de la imagen no nos lo tomamos como una asignatura. Como artista tú no puedes estar pensando eso.
(Xavi): Son cosas que salen de ti. Nosotros somos así. Lo haríamos fuera del grupo también. Si te lo pones como un asignatura, has fallado.
(Fito): Estamos enganchados a mirar movidas que nos gustan para nosotros, para la gira, para nuestra ropa. Baterías que nos flipan, instrumentos de guitarra... Es una cosa que no es que cuidemos por decir, vamos a cuidarlo. Siempre estamos pidiéndole a Óscar (su mánager) pillarnos esto o lo otro pero dice que no... Estamos empezando a subir el caché y nos pagan los festivales. Pero no se lo digas a nadie, lo haríamos gratis (risas).
De una manera u otra, con Metropolis 2.0 conectásteis con otro tipo de artistas. ¿Con qué artistazo de estos que a lo mejor no se asocie de primeras con vuestra música os gustaría colaborar en el futuro?
(Fito): Creo que los artistas en general en castellano tienen como miedo a decir nombres de personas que cantan en castellano. Nunca lo entenderé. Hay gente a la que admiro muchísimo. Hay gente en Latinoamérica, hay una banda que siempre me ha gustado, Zoé. Admiro muchísimo a Enrique Bunbury, soy fan.
(Xavi): Sí, yo creo que los tres, y de Héroes del Silencio...
(Jacobo): Leiva y Pereza nos gustan mucho, también.
(Fito): Hay gente aquí en nuestro país que canta increíble. Nos gustaría trabajar con alguien que tiene una presencia y una personalidad tan fuerte como artista que te vuele la cabeza en la canción. Porque para eso trabajas con él, para aprender.
(Xavi): De hecho, en Metropolis 2.0, la versión favorita para nosotros, siempre lo comentamos, es la de Miguel Campello. Era un tema pop y él hizo una versión en flamenco, le cambió los acordes, le cambió el ritmo. La grabó en directo. Dijo, yo hago la colaboración, pero a cambio de hacer lo que quiera. La entregó hecha y es brutal.
Vosotros también estáis ayudando un poco a romper ese ‘centralismo’, que las bandas tienen que estar en Madrid o en Barcelona. Sin embargo, mira, en Castilla-León estáis vosotros, La M.O.D.A, Erik Urano... En Murcia hay un boom también impresionante...
(Fito): Al final se han juntado varias cosas. Hay mejores comunicaciones para todos, por ejemplo. Yo, sinceramente, no tengo nada en contra de Madrid. Es que me vendría a vivir mañana. Hemos vivido aquí. Pero nuestro ADN está allí, nuestra familia, nuestras raíces. También nosotros como artistas nos da mucha calma estar y escribir las canciones allí. No nos hace falta venir a ‘fichar’ a Madrid o Barcelona. Si podemos invertir en una oficina dentro de poquito en Valladolid, evidentemente el coste es menor. Para nosotros, para todo.
(Xavi): No solo para movernos, también para reunirnos. Tenemos nuestro propio espacio de trabajo, nuestro propio estudio de grabación. Eso es importante para nosotros. Para que haya oxígeno para crear y para el día a día. Hay muchas cosas que hacer, que no solo es la música.
Y Ronaldo, por cierto, de presidente del Valladolid...
(Xavi): Quién nos iba a decir de ver a Ronaldo viviendo en Simancas, tío (ríe). Además le hemos conocido, también el estadio y tal. Hay que agradecerle el cambio que la ha dado al club y la marca Real Valladolid también ha crecido un montón.
¿No le dijisteis a Ronie que os dejase el estadio?
(Xavi): Estamos en ello...
(Fito): Se van a hacer cosas en el estadio del Real Valladolid... Por cierto la primera vez y la última que vi a Depeche Mode fue allí. Y a Michael Jackson también.
(Xavi): Se vienen cositas, ahí lo dejamos....
Sé que Jacobo le ha dado mucho al skate. ¿Los demás también le dais al deporte?
(Jacobo): Fui futbolista también. Hasta los 17 años jugaba en el Pontevedra, llegué a jugar en Pasarón. Era lateral derecho.
(Fito): ¡Chupaba banquillo y cuando le caía una pelota, también chupaba eh! (ríe).
(Xavi): A mí el baloncesto siempre me ha gustado mucho. Jugué hasta los 16 años más o menos. De niño era mi obsesión, me encantaba Allen Iverson. Pero luego entró la música y tuve que elegir... y elegí la música. Por suerte. Menos mal.
(Fito): Yo juego los martes con los padres al fútbol sala (ríe). Si tenemos que decir un equipo, te diré que somos del Pucela, aunque también el Barça. Porque nos gusta a los tres y por fastidiar a nuestro mánager, que es el del Madrid... (risas).