Nutrición
Estos son los alimentos clave que debes comer en enero después de las Navidades
Establecer una dieta ligera cargada de productos diferentes, rica en nutrientes y con pocas calorías es posible y recomendable.
La cuesta que uno sube en enero tiene la misma pendiente que acusaba treinta días atrás, lo que ocurre es que la mochila pesa más: la frecuencia con la que uno saca comidas encima de la mesa durante las postrimerías de diciembre y los albores del nuevo año es tal que, al finalizar el periodo navideño, se ha normalizado un aluvión de inscripciones al gimnasio que pocas veces cumplen el deseo inicial. En parte, porque la importancia reside, además de en el ejercicio, en la alimentación.
El primer mes del año es clave en el cuidado de la alimentación: la dieta debe revisarse dos veces y la calidad de los productos, que deben ser frescos, tres. El objetivo es una línea ligera, rica en nutrientes, saludable y con menos calorías; y la realidad es que, aunque en ocasiones uno pueda pensar que no, lograr la meta final es más sencillo de lo que se suele creer.
La clave está en identificar varios grupos de comida y saber seleccionar qué productos extraemos para nuestro día a día. El primero de ellos es la fruta, que resulta imprescindible para esta clase de dietas; dentro de estas, destacan los cítricos (las mandarinas, las naranjas y los limones son ricos en vitamina C y antioxidantes), las granadas (por su riqueza en polifenoles), las manzanas (que regulan la digestión) y el kiwi (que es altamente nutritivo y posee una gran cantidad de fibra).
Las verduras y el pescado, claves
Las frutas pueden combinarse con otros alimentos que también hacen las delicias del consumidor. Juegan en este sentido las verduras un papel fundamental: las hojas verdes, tales como espinacas o acelgas, son vitales para desintoxicar el organismo; la coliflor y el brócoli son una fuente de vitaminas natural; los puerros y las cebollas poseen propiedades depurativas y antiinflamatorias; y las alcachofas, además de eliminar toxinas, favorecen la función hepática.
Y luego el ‘plato fuerte’: los pescados y los mariscos demuestran que no es necesario privarse de comida si se quiere hacer dieta. La merluza, la lubina y el bacalao, así como otros pescados magros, son opciones ligeras, ricas en proteínas y muy bajas en grasa que pueden consumirse; y los mejillones, también los berberechos, un aperitivo rico en hierro que colocan la guinda al pastel de una dieta ideal para arrancar la primera hoja del calendario.
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